Revista Casa Mediterráneo

Alejandra Ortega: “Detrás del trabajo infantil se encuentran la falta de inversiones, los imparables ciclos de pobreza y la falta de acceso a la educación”

en febrero 20, 2023

El trabajo infantil es una práctica arraigada en ciertos países del mundo, pese a la normativa internacional que protege a la infancia. La pobreza, la falta de oportunidades y la ausencia de protección social adecuada son algunas de las causas de que este fenómeno siga produciéndose en pleno siglo XXI. El mundo sindical lucha desde hace años contra esta lacra y una muestra de ese trabajo se recoge en el libro ‘La lucha por la erradicación del trabajo infantil en la región mediterránea: un compromiso sindical de CCOO’ (Dykinson, 2022). La obra tiene como contexto el Simposio Internacional ‘Trabajo infantil y su erradicación en el marco de la meta 8.7 de la agenda 2030’, celebrado en la Universidad Carlos III de Madrid en 2021 y coordinado por María Gema Quintero y Alejandra Ortega.

La obra ofrece una panorámica de la situación del trabajo infantil en la región mediterránea, reflejando la experiencia del sindicalismo internacional en concreto en los casos de Egipto, Palestina y El Líbano. En esa labor destaca la labor de la Secretaría Confederal de Internacional, Cooperación y Migraciones de CCOO y la Fundación Pau i Solidaritat de CCOO Catalunya. El libro se presentará en Casa Mediterráneo el 23 de febrero a las 19:00 horas, con entrada libre hasta completar aforo. El acto contará con la participación de Esther Caballé, directora de la Fundació Pau i Solidaritat, y Alejandra Ortega, Responsable de Países Árabes, África y Asia y OIT de la Secretaría Internacional, Cooperación y Migraciones de CCOO, quien previamente nos concedió una entrevista. El evento podrá seguirse en streaming en el canal de YouTube de Casa Mediterráneo y el libro está disponible para su descarga aquí.

¿Cuál es el origen de la publicación del libroLa lucha por la erradicación del trabajo infantil en la región mediterránea: un compromiso sindical de CCOO’?

En 2021, los días 9 y 10 de diciembre, la Universidad Carlos III organizó un simposio internacional con el título “Trabajo infantil y su erradicación en el marco de la meta 8.7. Cuestiones plurales” con ocasión de la ratificación universal del convenio 182 de la OIT que se había producido ese año. Comisiones Obreras tuvo ocasión de participar de este evento siendo además de ponentes, autores, algunos y algunas sindicalistas de CCOO, de las actas que se publicaron ya en el año 2022.

Aquel simposio, dedicado a la erradicación del trabajo infantil en el mundo, se daba en el marco del Objetivo de Desarrollo Sostenible nº 8 de Naciones Unidas. A posteriori y en conversación con la profesora Gema Quintero, coordinadora de esta actividad, desde la Secretaría confederal de Internacional, Cooperación y Migraciones de CCOO, propusimos darle continuidad a la temática aportando un enfoque menos habitual del que se había tratado en esta anterior publicación y abarcar algunos aspectos relativos al trabajo infantil en el área mediterránea. La anterior publicación había puesto más el foco en una reflexión general y en América Latina.

En el preámbulo que Gema Quintero, la profesora y coordinadora de la publicación conmigo, escribió nos recordaba que: “El Simposio Internacional sobre trabajo infantil y su erradicación en el marco de la meta 8.7 de la agenda 2030: Cuestiones plurales se gestó como un marco de reflexión colectiva en torno a la idea del trabajo decente. Aunque no pretendía pecar de eurocentrismo, sin embargo, como consecuencia de los tiempos así como de la opción por la potenciación del español como lengua vehicular de la actividad académica ius-social, ha podido frenar la potencia de creación de sinergias. Que muy pronto se ha tratado de frenar gracias a la colaboración de Alejandra Ortega Fuentes. Y esto es relevante porque en materia de trabajo infantil, no podía obviarse la realidad de ciertos territorios no hispano-parlantes. De ahí la necesidad de recopilar, más allá de la obra que pretendía ser un género de libro de actas (y aglutina ponencias y aportaciones seleccionadas en el marco de una llamada abierta a contribuir), experiencias de otros países. Y de entre todas las posibles, resultaba muy clarificadora la experiencia del sindicalismo internacional, como portavocía de las experiencias sindicales nacionales en países como Egipto (a través de la narrativa de CTUWS) Palestina (a través de la voz de DWRC) y el Líbano”.

Elegimos así, en un primer momento, centrarlo en los casos de Palestina, El Líbano y Egipto, sin menosprecio del interés de otros países, pero siendo que en estos tres países se había trabajado con organizaciones sindicales y organizaciones no gubernamentales que abordaban la temática. Para ello se consideró la participación de algunos expertos en cada uno de estos países y algunas de Comisiones Obreras por nuestra parte, tanto de la Confederación Sindical de Comisiones Obreras como de la fundación Pau i Solidaritat de Comisiones Obreras de Catalunya, representada por nuestra compañera catalana Esther Caballé, que participa del mismo modo en el proyecto.

El resultado de esta colaboración entre la Universidad Carlos III y la Confederación Sindical de Comisiones Obreras es este libro, editado en Dykinson, que presentamos ahora en Casa Mediterráneo. En ella se trata de dar esta perspectiva basada en estas tres experiencias ante las peores formas de trabajo infantil y otras formas contemporáneas de esclavitud, el trabajo infantil en las cadenas mundiales de suministro, el trabajo infantil en las actividades domésticas y de cuidado, entre otras temáticas y la respuesta desde el movimiento sindical.

El proyecto estaba patrocinado por el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades de España y con las referencias de la Agenda 2023, los Objetivos de Desarrollo Sostenible, la agenda de Trabajo Decente de la Organización Internacional del Trabajo, entre otros parámetros.

Alejandra Ortega

¿Qué normativa internacional ampara a la infancia frente al trabajo a edades tempranas?

Según nos señala la Organización Internacional del Trabajo, “el trabajo infantil es una violación de los derechos humanos fundamentales, habiéndose comprobado que entorpece el desarrollo de los niños y niñas, y que potencialmente les produce daños físicos y psicológicos para toda la vida. Se ha demostrado que existe un fuerte vínculo entre la pobreza de los hogares y el trabajo infantil, y que el trabajo infantil perpetúa la pobreza durante generaciones, dejando a los hijos de los pobres fuera de la escuela y limitando sus posibilidades de ascender en la escala social. Este declive de los recursos humanos ha estado vinculado a un bajo crecimiento económico y a un desarrollo social lento. Recientes estudios de la OIT han puesto de manifiesto que la erradicación del trabajo infantil en las economías en transición y en desarrollo podría generar beneficios económicos netamente superiores a los costes relacionados especialmente con las inversiones encaminadas a incrementar los servicios sociales y la formación. Las normas fundamentales de la OIT sobre el trabajo infantil son los dos ejes jurídicos de la lucha mundial contra este flagelo”.

Los instrumentos fundamentales o convenios de la OIT que se refieren al trabajo infantil son:

Convenio sobre la edad mínima, 1973 (núm. 138)  – [ratificaciones]

Este Convenio fundamental establece la edad mínima general para la admisión al trabajo o al empleo, en 15 años (13 para los trabajos ligeros) y la edad mínima para el trabajo peligroso, en 18 años (16 en determinadas condiciones estrictas). Asimismo, también se prevé la posibilidad de fijar inicialmente la edad mínima en 14 años (12 años para los trabajos ligeros) en los casos en que la economía y las instituciones educativas del país no estén debidamente desarrolladas.

Convenio sobre las peores formas de trabajo infantil, 1999 (núm. 182)  – [ratificaciones]

Este Convenio fundamental define al «niño» como toda persona menor de 18 años. Requiere de los Estados que lo ratifiquen la erradicación de las peores formas de trabajo infantil, incluidas todas las formas de esclavitud o prácticas análogas a la esclavitud, entre ellas, la venta y la trata de niños, la servidumbre por deudas y la condición de siervo, y el trabajo forzoso u obligatorio, incluido el reclutamiento forzoso u obligatorio de niños para utilizarlos en conflictos armados; la prostitución y la pornografía infantiles; la utilización de niños para actividades ilícitas, en particular la producción y el tráfico de estupefacientes; y el trabajo que pueda dañar la salud, la seguridad o la moralidad de los niños. En este convenio se dispone que los Estados que lo ratifiquen deben brindar la asistencia directa necesaria y adecuada para librar a los niños de las peores formas de trabajo infantil y para su rehabilitación e integración social. Asimismo, establece que los Estados deberán garantizar a los niños que hayan sido librados de las peores formas de trabajo infantil el acceso gratuito a la educación básica y, siempre que sea posible y adecuado, a la formación profesional.

Este último fue ratificado universalmente en el año 2021. Eso significa que todos los Estados miembro de la OIT han ratificado ya este instrumento. Existen otros instrumentos internacionales también relacionados con el trabajo infantil que se mencionan a continuación:

Los conflictos armados y las situaciones de emergencia dejan en situaciones extremas a muchos menores no acompañados en estos contextos bélicos o de catástrofes naturales y abocados en muchos casos a las peores formas de trabajo infantil, al tráfico de menores, explotados como mano de obra barata y forzados a trabajar en sectores de gran riesgo como, por ejemplo, la minería.

¿Cuáles son los principales factores que están detrás del trabajo infantil?

Según las cifras recabadas por las principales organizaciones dedicadas a la infancia y al trabajo infantil como OIT y la UNICEF y justo al inicio de la pandemia en 2020, había en todo el mundo más de 160 millones de niños y niñas víctimas de trabajo y explotación infantil y 79 millones, casi la mitad del total, atraviesan alguna de las peores formas de trabajo infantil como son la esclavitud, la trata o el reclutamiento forzoso para conflictos armados.

Cifras que iban al alza por primera vez en varias décadas. Esto supuso una llamada de atención para toda la comunidad internacional justo en el año previo a que se consiguiera, como se dijo, la ratificación universal del convenio 182.

La falta de protección social inclusiva en coyunturas económicas adversas es uno de los factores fundamentales junto a la falta de promoción del desarrollo rural y la promoción del trabajo decente en el sector agrícola de gran parte de los países más afectados por esta práctica.

La falta de inversiones, los imparables ciclos de pobreza y la falta de acceso a la educación. Pero por otra parte, los conflictos armados y las situaciones de emergencia dejan en situaciones extremas a muchos menores no acompañados en estos contextos bélicos o de catástrofes naturales y abocados en muchos casos a las peores formas de trabajo infantil, al tráfico de menores, explotados como mano de obra barata y forzados a trabajar en sectores de gran riesgo como, por ejemplo, la minería.

¿La pandemia, los conflictos armados y la degradación democrática en algunos países mediterráneos han tenido efecto en la regresión del trabajo infantil?

Sin duda alguna y con diferentes elementos, tanto la pandemia como las situaciones de conflicto armado y la desintegración del Estado de derecho provocan el incremento del trabajo forzoso, en general y del trabajo infantil en particular y las violaciones más graves de los convenios de la OIT ya mencionados arriba.

A modo de ejemplo, podemos recordar aquí un caso extremo en el que Comisiones Obreras tuvo la ocasión de intervenir durante la Conferencia Internacional del Trabajo del año 2019, relativa al caso de Irak por violación del convenio 182. La intervención coincidió casualmente con la celebración del Día mundial contra el Trabajo Infantil, 12 de junio. La OIT lanzó este día en 2002 para concienciar acerca de la magnitud de este problema y aunar esfuerzos para erradicar esta realidad.

Irak es un caso que no ha sido citado entre los tres que se mencionan en esta publicación y por ello es interesante mencionarlo aquí a efectos de cómo impactan los conflictos armados en esta lacra.

Para ese año de 2019 UNICEF nos recordaba que en Irak había cuatro millones de niños en una situación muy vulnerable, siendo el colectivo más afectado por la violencia: más de 1.000 niños habían sido asesinados, 1.300 secuestrados, 1 de cada 5 sufría retraso en el crecimiento, 1,2 millones estaban fuera del sistema educativo, 800.000 se habían quedado huérfanos, unos 4.700 habían sido separados de sus familias, 500.000 estaban involucrados en trabajo infantil y 600.000 permanecían desplazados.

La gravedad del caso se añadía a la situación de los niños acusados de pertenencia a grupos yihadistas tras la declaración a finales de 2017 de la victoria sobre el conocido como “Estado Islámico”. Estos niños y niñas, utilizados por Daesh como esclavos de guerra, eran de manera lamentable encarcelados una vez más por las autoridades iraquíes, incluso en cárceles para adultos. Allí eran torturados y, en los mejores casos, trasladados a campos aislados y excluidos de cualquier programa de readaptación. Aunque el conflicto armado había bajado de intensidad desde finales de 2017 seguía siendo necesario aumentar la ayuda humanitaria porque los niños de Irak se enfrentaban a muchos desafíos.

Ante la gravedad de la situación y en ese día 12 de junio CCOO solicitó ante la Comisión de Aplicación de Normas de la OIT, órgano fundamental del control de las normas internacionales del trabajo de la organización, que se pronunciara de manera contundente para exigir la erradicación total del trabajo forzoso e infantil en Irak, exigiendo investigación y justicia y reparación considerando que sin ayuda, probablemente estos niños tomarían de nuevo las armas.

Se hizo visible cómo Irak invertía mucho dinero en la detención de estos menores que, en consideración del Grupo Trabajador de la OIT, tenía que ser empleado en la reparación del daño que se les había ocasionado en sus vidas como víctimas de este conflicto.

Lamentablemente este, el de Irak, es uno de los muchos ejemplos que podríamos citar en la región. Seguirían Siria, Yemen, Libia, entre los de más gravedad. La pandemia, obviamente y las catástrofes naturales como el terremoto que acaban de asolar algunas regiones de Turquía y de Siria (ya devastada por la guerra en el país) son elementos de riesgo que ponen a los menores de nuevo en el punto de mira y les hace ser carne de mafias que trafican con ellos.

La pobreza familiar y la falta de oportunidades pese a completar los estudios abocan a muchos niños al trabajo. ¿Potenciar el desarrollo de las comunidades locales es básico para atajar este problema?

En este punto es muy fundamental remitirse a las reflexiones que se han hecho en la Organización Internacional del Trabajo, agencia tripartita de las Naciones Unidas donde tenemos participación, a diferencia de otras agencias del sistema de la ONU, los trabajadores y nuestras organizaciones sindicales, los empleadores y los gobiernos.

En el año 2022 y durante el Día Mundial contra el Trabajo Infantil que como dijimos se celebra todos los años el día 12 de junio, se celebró una jornada específica con el título “Protección social universal para poner fin al trabajo infantil”. Los mandantes de la OIT, es decir, organizaciones sindicales, empresariales y gobiernos hicieron un llamamiento claro para que se invirtiera más en los sistemas y planes de protección social con el fin de establecer pisos de protección social sólidos y proteger a los niños contra el trabajo infantil.

Si nos remitimos, como digo, a estas reflexiones vamos a descubrir que la protección es tanto un derecho humano como una potente herramienta política para evitar que las familias recurran al trabajo infantil en tiempos de crisis. Sin embargo, la OIT nos dice que en 2020 y antes de la crisis de COVID-19, únicamente el 46,9 por ciento de la población mundial se beneficiaba de forma efectiva de al menos una prestación de protección social. En el caso de los niños, la cobertura es aún más baja. Casi tres cuartas partes de los niños, 1.500 millones, carecen de protección social.

Así la OIT en sus últimos informes recomienda a fin de fortalecer los sistemas de protección social para reducir y eliminar definitivamente el trabajo infantil, “cerrar la profunda brecha en la cobertura de la protección social para los niños, promoviendo sistemas de protección social inclusivos y desarrollando una financiación sostenible y equitativa a tal efecto”, como una cuestión prioritaria. Esto podría conducir a que se conceda prioridad a las prestaciones por hijos a cargo, así como a la extensión de la protección social a los 2.000 millones de trabajadores de la economía informal. Esto último facilitará su transición a la economía formal. La formalización es un paso fundamental en los sistemas tributarios y de transferencias sostenibles.

La OIT recomienda “no esperar al desarrollo para establecer sistemas de protección social – estos sistemas son primordiales para el desarrollo. La manera específica en que los programas de protección social se complementan entre sí dentro de un sistema determinará los esfuerzos generales al abordar los determinantes de la vulnerabilidad de los hogares al trabajo infantil durante el ciclo de vida. Esto también es aplicable a las prestaciones sociales intersectoriales integrales para los niños. Ningún programa logrará esto solo.

Y, por último, la OIT y sus mandantes recomiendan “apoyar los esfuerzos encaminados a establecer sistemas, los responsables de la formulación de políticas pueden utilizar los compromisos políticos internacionales existentes en materia de protección social universal con el fin de generar un consenso político para actuar”. Los compromisos y marcos preexistentes, entre ellos la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y los ODS, y el firme consenso de política tripartito acordado por la Conferencia Internacional del Trabajo, brindan esta oportunidad.

Para conocer más a fondo los principales aspectos, recomiendo la lectura de este informe de 2022 previo a la Conferencia que se celebró después en Sudáfrica. El informe puede encontrarse en este enlace.

El trabajo forzoso y peligroso supone una serie amenaza para la salud de los niños. ¿De qué tipos de trabajo se trata y cómo puede combatirse?

En la definición de la OIT, el término “trabajo infantil” suele definirse como todo trabajo que priva a los niños de su niñez, su potencial y su dignidad, y que es perjudicial para su desarrollo físico y psicológico. Así pues, se alude al trabajo que:

  • es peligroso y prejudicial para el bienestar físico, mental o moral del niño; y/o
  • interfiere con su escolarización puesto que: les priva de la posibilidad de asistir a clases; les obliga a abandonar la escuela de forma prematura, o les exige combinar el estudio con un trabajo pesado y que insume mucho tiempo.

Entre las peores formas de trabajo infantil vamos a encontrar:

  • Todas las formas de esclavitud o prácticas análogas a la esclavitud, tales como la venta y el tráfico de niños, el trabajo forzoso u obligatorio, la servidumbre por deudas y la condición de siervo.
  • La utilización, el reclutamiento o la oferta de niños para la prostitución, la producción de pornografía o las actuaciones pornográficas.
  • La utilización, el reclutamiento o la oferta de niños para la realización de actividades ilícitas, en particular la producción y el tráfico de estupefacientes.
  • Todo trabajo que, por su naturaleza o por las condiciones en que se lleva a cabo, pueda suponer una amenaza para la salud, la seguridad o la moralidad de los niños.

En estas peores formas del trabajo infantil y por la situación de vulnerabilidad física y psíquica, el resultado final será el de una mayor incidencia de lesiones y enfermedades graves.

¿En qué ha consistido el trabajo de Comisiones Obreras con organizaciones sindicales árabes y africanas en el ámbito del trabajo infantil?

La Confederación Sindical de Comisiones Obreras de España mantiene desde hace más de tres décadas estrechas relaciones con gran parte del movimiento sindical árabe y africano. Con las organizaciones sindicales de los países de estas dos regiones se ha trabajado de manera constante para la consecución de una mejora de los derechos laborales y sindicales y muy especialmente para la erradicación del trabajo forzoso e infantil. Prácticas arraigadas en según qué países con mucha frecuencia e intensidad.

La región mediterránea, en concreto, ha sido de manera continua en el sindicato una de las prioridades de la acción sindical internacional de Comisiones Obreras. A lo largo de los años se ha fomentado de distintas maneras una reflexión conjunta del sindicato en todas sus estructuras sobre la acción sindical internacional en la región, de modo que se ha elaborado una larguísima lista de actuaciones que durante los últimos treinta años ha permitido a la Confederación Sindical de Comisiones Obreras hacer un seguimiento de las agendas mediterráneas, de diferentes foros regionales dedicados al diálogo social y a los derechos laborales y sindicales, de cumbres ministeriales, de conferencias sindicales de ámbito regional y mantener, como se dijo, estrechas relaciones bilaterales desde nuestras federaciones y estructuras territoriales y desde la Confederación con las organizaciones sindicales en estos países.

Todo ello acompañado de numerosas publicaciones dedicadas al sindicalismo en la región mediterránea, y más tarde al movimiento sindical en el continente africano, que han contribuido a proporcionar un mayor conocimiento no sólo a los sindicalistas españoles, sino a miembros y militantes de otras organizaciones de la sociedad civil española, partidos políticos, ámbitos universitarios, entre otros.

Ello ha permitido que nuestro sindicato estuviera en condiciones de desarrollar grandes programas y convenios de cooperación con líneas específicas de sensibilización a la población local y a la española sobre la lacra del trabajo infantil. Se me ocurre citar a modo de ejemplo aquí un proyecto de nuestra Fundación Paz y Solidaridad de CCOO Navarra con el que se desarrolló una interesante campaña bajo el el lema “No es un juego: campaña de sensibilización para la erradicación del trabajo infantil”. Esta campaña se desarrollaba en el ámbito local navarro. Similares campañas hemos llevado a cabo en los países concernidos en los que hemos mantenido relaciones de cooperación durante estos años para sensibilizar a la afiliación de los sindicatos en estos países, a organizaciones de la sociedad civil, partidos políticos, comunidades escolares, universitarias y un largo etcétera de actores con los que se ha trabajado.

Pero más allá de la cooperación tradicional, Comisiones Obreras participa en espacios que son fundamentales para avanzar en la cooperación con las organizaciones sindicales de otros continentes y en la expresión de la solidaridad. Nos referimos a la Organización Internacional del Trabajo (OIT) que, de manera anual, convoca su Conferencia Internacional del Trabajo (CIT) en Ginebra, donde acudimos las delegaciones tripartitas de todos los Estados del mundo que son miembros de la OIT.

Es obvio decir que las violaciones de los derechos laborales y sindicales en la región árabe mediterránea y africana son habituales y, por ello, el sistema de control de normas de la OIT revisa en numerosas ocasiones casos relativos a los países árabes y africanos (entre otros) por graves violaciones de las normas internacionales del trabajo. La Comisión de Aplicación de Normas (CAN) de la OIT, donde se revisan casos individuales de países que han sido analizados previamente por el Comité de Expertos de la OIT para su seguimiento durante la Conferencia anual, se encarga de ello.

En esta comisión es frecuente encontrar casos individuales por país por gravísimas violaciones del convenio 182 de la OIT. Se trata de un convenio aprobado en 1999 sobre las peores formas de trabajo infantil, objeto de esta publicación. A modo de ejemplo, la Conferencia Internacional del Trabajo de 2022 revisó el caso de la República Centroafricana por violación del convenio 182. Del mismo modo y por el mismo convenio fueron revisados los casos de Benín y de Islas Salomón. Es habitual que Comisiones Obreras participe en la preparación y exposición pública de estos casos durante la Conferencia Internacional del Trabajo. Es una vía de visibilizar nuestra cooperación y apoyar a las organizaciones sindicales de los países concernidos por tan grave realidad.

Este tipo de actuaciones públicas en la Comisión de Aplicación de Normas de la OIT por parte de la Confederación Sindical de Comisiones Obreras y de otras organizaciones sindicales del mundo pueden, en ocasiones, tener un escaso recorrido real de aplicación técnica en el terreno. Esto dependerá mucho del caso que se esté tratando, de las voluntades políticas y de los medios reales para paliar el problema. Pero aún así supone sin duda un apoyo moral de primer orden en un foro con una presencia internacional de más de 4.000 delegados y delegadas para las organizaciones sindicales en el país señalado por la Comisión de Normas. Además se refuerza, sin duda, la necesaria cooperación entre las organizaciones sindicales del mundo a la hora de erradicar prácticas nefastas como el trabajo infantil y darle visibilidad a este drama que, lamentablemente, sigue de plena actualidad en nuestros días.

Por último, Comisiones Obreras forma parte de la Alianza 8.7 para la erradicación del trabajo infantil que tiene su secretariado en la Organización Internacional de Trabajo. Como miembro de la Alianza, la Secretaría de Internacional, Cooperación y Migraciones de CCOO, en colaboración son su Instituto Paz y Solidaridad de la Fundación 1º de Mayo, elaboró durante 2021 un compromiso de acción que llevó a cabo con distintas organizaciones.

La Alianza 8.7 es una plataforma formada actualmente por 22 países pioneros y 225 organizaciones de diversa índole que se comprometen a acelerar significativamente la consecución de la Meta 8.7. Es por ello, que nos comprometemos a colaborar activamente en la plataforma como parte de las acciones en pro de la Agenda 2030 y los ODS que marcan nuestra agenda sindical.

De hecho esta publicación que está en sus manos forma parte de ese compromiso adquirido por el sindicato en el afán de desarrollar una campaña de sensibilización sindical sobre el contenido de la meta 8.7 en España. La sensibilización de la ciudadanía y de los actores intervinientes es clave y de ahí nuestro empeño en que esta publicación vea la luz y que pueda tener un alcance significativo para la población trabajadora en España, instituciones y agentes sociales en cuanto al conocimiento de esta realidad, poco visibilizada.

¿Cuáles son los logros y los retos en cuanto a la erradicación del trabajo infantil en la región mediterránea?

Como señalamos en esta publicación sobre trabajo infantil, en la actualidad, los sindicatos están vinculando las acciones contra el trabajo infantil a las políticas sindicales generales y a la organización laboral. La erradicación del trabajo infantil forma parte de un programa relacionado con las políticas de trabajo decente digno y empleo. Y la erradicación de la pobreza, a través de la protección social y la formalización de la economía informal.

Los sindicatos operamos en distintos frentes. En primer lugar, hay que destacar la organización, la negociación colectiva y el diálogo social. Llevar el sindicato a los sectores en los que se presentan situaciones de trabajo infantil para iniciar diálogo social con empleadores es fundamental. Y aquí es vital el fortalecimiento de la libertad de asociación y la negociación colectiva, importante para garantizar el trabajo decente a los adultos, haciendo llegar el derecho a organizarse a sectores más vulnerables como el sector doméstico, el agrícola o la economía informal.

También hay que incluir cláusulas de prohibición del trabajo infantil en los convenios colectivos. A través del diálogo social es posible garantizar la aplicación de salarios mínimos o incidir en que el sistema educativo sea universal, público y gratuito y donde todos los niños/as tengan acceso a él.

En segundo lugar, difundiendo campañas sobre trabajo infantil en las cadenas de suministro mundial en aquellos sectores donde se registra mayor incidencia del trabajo infantil refugiado en la invisibilidad (como es la explotación sexual, el trabajo doméstico o el sector agrícola). Promocionar una educación para todo el mundo y concienciar a las familias y las comunidades de la importancia de esta es esencial. Nuestra participación es clave en campañas mundiales como las de la OIT, la Confederación Europea de Sindicatos CES, la Confederación Sindical Internacional CSI y sus afiliadas en la región, organismos que permiten establecer mecanismos sindicales supranacionales para lanzar una respuesta desde el movimiento sindical.

En tercer lugar, mediante la adquisición de compromisos jurídicos: la ratificación de las normas internacionales y su transposición en legislación y prácticas nacionales. El movimiento sindical participa de las organizaciones internacionales, como es el caso de la tripartita OIT, donde los sindicatos ponen voz a los trabajadores y trabajadoras. Otras herramientas útiles para controlar el respeto de los principios fundamentales y los derechos en el trabajo son los Acuerdos Marco Internacionales, parte de los mecanismos del sindicalismo global. También negociando políticas y acciones que promuevan el trabajo digno para adultos y servicios públicos de calidad para todos y todas. Asimismo, negociando políticas para formalizar la economía informal y que la educación sea obligatoria y de calidad. Sin olvidarnos de dialogar sobre nuevas políticas de desarrollo rural más inclusivas. Por último, es imprescindible la supervisión y evaluación mediante mecanismos de seguimiento desde el movimiento sindical, como los compromisos y rendiciones de cuenta de los recursos o los planes de acción sindical.

En todos los aspectos que aquí se mencionan hemos trabajado a lo largo de los años en casi todos los países del arco mediterráneo. Sería difícil poder aquí hacer una valoración global porque la brecha social dentro de la propia región, añadidas además las situaciones específicas de los conflictos bélicos en curso, lo harían imposible.

Pero a modo de ejemplo, nos remitimos al caso que se ha mencionado sobre El Líbano en la publicación y que elaboraron mis compañeras de Pau i Solidaritat de CCOO Catalunya. En el caso de El Líbano esta cooperación sindical la hemos venido impulsando a través de FENASOL (Federación Nacional de Sindicatos de Trabajadores y Asalariados del Líbano), una organización sindical de izquierdas laica y de clase junto con otras ONG como el Socorro Popular Libanés (SPL) en Beirut, Trípoli y la región de la Bekaa. Los sindicatos han sido claves para construir sociedades igualitarias y socialmente justas donde los derechos humanos, especialmente los laborales, sean accesibles para todas las personas y, por tanto, donde el trabajo infantil debe ser erradicado definitivamente.

En este contexto, a través de FENASOL, se impulsó la mejora de la capacidad de incidencia del movimiento sindical a través de la formación del activo sindical en relación al trabajo infantil en las formas de detectarlo y los mecanismos jurídicos y sindicales para hacerle frente. Esto supuso la capacitación de 214 sindicalistas en un total de 12 talleres de formación. Esto se tradujo en que 214 representantes tuvieran las herramientas necesarias para trasladar las demandas concretas en los espacios de diálogo social para incidir en las políticas sociales y económicas de cara a exigir un sistema de educación universal, gratuito y de acceso libre para todas y todos, una mayor cohesión social entre la población refugiada y la libanesa y una mayor regulación en materia laboral que asegure la formalización del trabajo, una protección social adecuada y el cumplimiento efectivo de los derechos humanos laborales.

También inciden los y las representantes sindicales en el derecho al refugio y a la migración para que personas, especialmente mujeres y niñas, puedan disponer de un permiso de residencia o de trabajo que les permita acceder a una ocupación digna. La exigencia de un modelo económico, social y laboral de recuperación del país donde las consecuencias y el coste de la crisis económica no sea sufragada por la clase trabajadora o el cumplimiento de los convenios y recomendaciones de la OIT de forma efectiva en materia de trabajo infantil con perspectiva de género han sido otras luchas defendidas por el movimiento sindical.

Recomiendo su lectura completa en nuestra publicación, ya que este caso representa cómo la acción sindical y de los mecanismos legítimos e inherentes al sindicalismo como son la negociación colectiva y el diálogo social se han convertido en catalizadores de los procesos necesarios para la erradicación del trabajo infantil.

Las últimas estimaciones mundiales sobre el trabajo infantil, publicadas por la OIT en colaboración con el UNICEF, han mostrado que entre 2016 y 2020 el trabajo infantil ha aumentado por primera vez en más de 20 años.

A la vista de la situación actual, ¿la meta 8.7 de la Agenda 2030 encaminada a erradicar el trabajo forzoso, poner fin a las formas modernas de esclavitud y la trata de seres humanos, y asegurar la prohibición y eliminación de todas las formas de trabajo infantil es factible?

De nuevo y tomando de referencia a la OIT, sabemos que “las últimas estimaciones mundiales sobre el trabajo infantil, publicadas por la OIT en colaboración con el UNICEF, han mostrado que entre 2016 y 2020 el trabajo infantil ha aumentado por primera vez en más de 20 años. Dada esta preocupante tendencia, y al acercarse el plazo para poner fin al trabajo infantil en todas sus formas a más tardar en 2025 (Meta 8.7 de los ODS), la 5ª Conferencia Mundial sobre la Erradicación del Trabajo Infantil se celebró con un sentido de especial urgencia.

La conferencia, que reunió a representantes de gobiernos, organizaciones de empleadores y de trabajadores, así como a representantes de organizaciones de la sociedad civil, organismos de las Naciones Unidas y, por primera vez, a niños, se celebró en un formato híbrido en Durban (Sudáfrica), del 15 al 20 de mayo de 2022. La conferencia no solo se centró en el intercambio de datos, buenas prácticas y desafíos en torno a la lucha para poner fin al trabajo infantil, sino específicamente en mostrar un camino claro y factible para lograr progresos, que no se reflejó únicamente en los grupos especiales temáticos, sino especialmente en el documento final, titulado el Llamamiento a la Acción de Durban, que se adoptó por aclamación durante la sesión final.

Sería demasiado extenso detenernos en esta entrevista en cada uno de los continentes y en las variaciones que puede haber de uno a otro, por lo que me resulta de interés recomendar la lectura del informe final de esta conferencia, donde justamente se evalúan algunos casos de interés y donde se dan claves fundamentales para el camino que debería seguirse, siendo conscientes de las limitaciones a las que actualmente nos continuamos enfrentando y por las que la lucha por la erradicación del trabajo infantil ha de seguir siendo prioritaria en nuestras agendas. El informe de esta conferencia puede encontrarse en este enlace.

Esta publicación se detiene en tres casos de trabajo infantil en el Mediterráneo: Egipto, Palestina y el Líbano. ¿Podría sintetizar la situación de este fenómeno en cada uno de estos países, sus causas y la labor del movimiento sindical para erradicarlo?

Para esta publicación hemos seleccionado tres casos para hablar de trabajo infantil en la región árabe-mediterránea. El primero de ellos, del que ya hemos hablado más arriba, está elaborado por la Fundación Pau i Solidaritat de Comisiones Obreras de Catalunya. El artículo da testimonio de un ejemplo de cooperación sindical internacional de Comisiones Obreras en El Líbano en lo relativo al trabajo infantil.

Los dos artículos que siguen a continuación tienen otra naturaleza. Están escritos por dos organizaciones de Egipto y Palestina: la egipcia CTUWS y la palestina DWRC. Se trata de dos organizaciones que han mantenido relaciones bilaterales y de cooperación durante varias décadas con Comisiones Obreras y que comparten algunas características comunes: no son organizaciones sindicales, sino organizaciones no gubernamentales que durante más de tres décadas han prestado apoyo a la formación de sindicatos independientes tanto en Egipto como en Palestina con distinta fortuna.

En el caso de Egipto el escenario de represión ha llevado a un repliegue casi absoluto de la actividad sindical independiente y a la persecución de los sindicalistas, por lo que la acción sindical general y para la erradicación del trabajo infantil se ha vuelto un reto y un riesgo. El trabajo infantil representa uno de los principales problemas que enfrentan muchos países a nivel mundial con diferente intensidad del fenómeno entre ellos. Egipto es uno de esos países donde la incidencia ha aumentado considerablemente a fines del siglo XX, llegando hoy al punto de convertirse en un tema de preocupación y un desafío tanto para el gobierno como para la sociedad en general.

Las crecientes tasas de trabajo infantil se deben a la prevalencia del desempleo, la pobreza, la deserción escolar y el deterioro general de las condiciones económicas. Sin embargo, el trabajo infantil cae en Egipto fuera de los límites de las leyes laborales, tanto en los estándares locales como internacionales. Además este tipo de trabajo está en conflicto con el respeto de la dignidad humana en el proceso de desarrollo social y refleja la fragilidad de la estructura socioeconómica que rodea a los niños trabajadores.

Y en el caso de Palestina, la ocupación israelí hace casi imposible la actividad sindical independiente y asfixia claramente el mercado de trabajo palestino. La situación en Palestina se caracteriza por constantes violaciones de los derechos políticos, sociales, económicos y culturales de los palestinos por parte de la potencia ocupante israelí, condiciones de vida difíciles y un deterioro del contexto socioeconómico debido a las políticas de ocupación colonial israelí.

Aún así y a pesar del desarrollismo provocado por el conflicto y las altas tasas de desempleo y pobreza, especialmente en la Franja de Gaza, que ha estado bloqueada durante más de una década y media, el trabajo infantil se ha mantenido en un nivel notablemente bajo, con alrededor del 3% de los niños palestinos de entre 10 a 17 años empleados.

Los niños en Palestina comprenden el 44,2% de la población total (42,0% en Cisjordania y 47,5% en la Franja de Gaza). A pesar de un contexto difícil, casi todos los niños palestinos asisten a la escuela en la etapa de educación obligatoria, y la tasa de abandono escolar en el año escolar 2018/2019 fue de alrededor del 0,9% entre los niños frente al 0,6% entre las niñas. La inversión en la educación de los niños ha sido durante mucho tiempo una estrategia de supervivencia para los palestinos. La asistencia a la escuela es obligatoria hasta los 16 años de edad, y la educación pública gratuita está disponible para todos los niños, ya sea en las escuelas gubernamentales o en las escuelas de la UNRWA para niños con estatus de refugiados.

Los autores y autoras de estos dos artículos son activistas de los derechos laborales y sindicales que han prestado en estos años un apoyo inestimable a la construcción de organizaciones sindicales, corriendo incluso riesgos personales y acoso a sus familias para dar visibilidad a la situación de trabajadores y trabajadoras en sus países.

Aquí reflexionan sobre la situación en el terreno en lo relativo al trabajo infantil. Hablamos del trabajo infantil en contextos de represión política, ocupación militar, deterioro de las economías, conflictos bélicos, desintegración del Estado de derecho. Hablamos de esclavitud, trabajo forzoso, matrimonios pactados. De violencia y acoso en el mundo del trabajo. De violación de las normas internacionales del trabajo. Por lo que os recomendamos fervientemente su lectura. El compromiso de la Confederación Sindical de Comisiones Obreras con estas organizaciones y con la visibilidad de estas dinámicas y su denuncia ha sido constante en las últimas décadas.

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mariagialma@gmail.comAlejandra Ortega: “Detrás del trabajo infantil se encuentran la falta de inversiones, los imparables ciclos de pobreza y la falta de acceso a la educación”