Revista Casa Mediterráneo

Bouziane Ahmed Khodja, autor de ‘Makeda’: “Quería dar voz a esas mujeres africanas que, por el lugar donde viven, no pueden alzarla”

en marzo 22, 2023

La mutilación genital que sufren las mujeres en África, los matrimonios concertados, el drama de las migraciones en el Mediterráneo, la violencia sexual o el terrorismo son asuntos que asiduamente reflejan los medios de comunicación occidentales, pero tratados de tal manera que suelen convertirse en meras estadísticas sin efecto alguno en las audiencias. Makeda (Europa ediciones, 2022), novela del periodista español de origen argelino Bouziane Ahmed Khodja, pone rostro a todos estos dramas a través de la vida de una joven africana que abandona su pequeña aldea en Eritrea, huyendo de tradiciones castrantes, para embarcarse en un peligroso y liberador periplo que la llevará a Etiopía y el desierto del Sinaí (Egipto) hasta alcanzar su destino en España. El autor presentará la obra el próximo martes 28 de marzo a las 19:00 horas en Casa Mediterráneo, acompañado de la profesora de la Universidad de Alicante Naïma Benaicha, en un evento abierto al público hasta completar aforo.

Con el fin de conocer más en profundidad los temas que se abordan en Makeda, mantuvimos una entrevista con Bouziane Ahmed Khodja, doctor en Sociolingüística, Máster en Ciencias Políticas y en Periodismo. El autor es periodista, director y presentador de los programas ‘Medina’ en Televisión Española (TVE) y ‘Miradas’ en Radio Nacional (RNE1), además de conferenciante y profesor de universidad, organizador y moderador de los cafés literarios de los institutos franceses en España (Madrid, Barcelona, Valencia, Zaragoza, Sevilla…). Ha sido condecorado Caballero del Orden de las Artes y Letras de Francia en 2016 y es presidente del Parlamento de los Escritores del Mediterráneo desde 2019.

Makeda pone rostro a fenómenos tan dramáticos como la mutilación genital femenina, la violencia sexual, el terrorismo y las migraciones. Aunque se trata de una historia de ficción, lo que cuenta, desgraciadamente, ocurre en la vida real. ¿Cómo se documentó para escribir esta obra y con qué finalidad?

Una de las preguntas que me suelen hacer cuando hablamos de Makeda es la de cuánto tiempo necesité dedicar a esa etapa del proceso, es decir la de la documentación. Como siempre, hay una única respuesta, no consulté ninguna. Quería que fluyera la imaginación. Yo creo que un escritor, un autor tiene que poder contar una ficción verosímil. En este caso, no quería contaminar mi novela con información digitalizada, es decir extraída de Internet que pudiera afectar el sentido, lo que se contaba en mi novela. Aunque es verdad, que siendo periodista especializado en información internacional, tenía ya una base de conocimiento de varias regiones del mundo, principalmente el mundo árabe y África.

Entonces esta tarea depende del autor, de sus recursos y de las necesidades de la novela. Lo que sí es cierto es que tienes que tener tu novela construida en tu imaginación, contada en tu mente, hasta que te sientas capaz de hablar de los temas tratados en la obra sin dejar lagunas o cometer fallos que el lector pueda detectar.

Hablando de la finalidad, quería dar voz a esas mujeres africanas que, por el lugar donde viven, no pueden alzarla. La violencia sexual tiene características que la diferencian de otras formas de violencia contra las mujeres; es un delito “invisibilizado” que siempre va acompañado muy fuertemente del silencio de las víctimas.

Educar las niñas africanas, formarlas, y enseñarlas a ser independientes y autónomas les permitiría ser las dueñas de su historia, su futuro y su destino.

Ser mujer en ciertos lugares de África es extremadamente duro, ya que además de convertirse en blanco de violencia sexual y de prácticas como la ablación, las mujeres deben enfrentarse al repudio de la familia si se rebelan ante las costumbres que intentan imponerles, entre ellas los matrimonios pactados. ¿Qué puede hacerse para acabar con estas prácticas sin que las comunidades locales lo perciban como una imposición occidental contra sus tradiciones?

Es muy difícil. Porque las comunidades locales africanas o de otras regiones están muy arraigadas en sus tradiciones En su mayoría son sociedades patriarcales. El cambio tiene que hacerse desde dentro, es decir que las mujeres africanas tienen la pesada tarea de provocar el cambio. Y es ahí donde entraría el papel de la educación, educar las niñas africanas, formarlas y enseñarlas a ser independientes y autónomas les permitiría ser las dueñas de su historia, su futuro y su destino.

Es verdad que una visión occidentalizada no puede ser el remedio a esas situaciones, pero puede ser un indicador o una hoja de ruta, a seguir para liberarse del peso de las tradiciones discriminatorias. Porque el hecho de nacer mujer es ya un prejuicio y una discriminación para las mujeres africanas, desde el momento de su nacimiento ya están discriminadas.

Para los occidentales, el terrorismo amenaza sólo a Occidente y se olvida a menudo de que este fenómeno violento afecta en su globalidad al 90% de las poblaciones del Sur.

El terrorismo islámico es otro asunto en el que profundiza su obra, mostrando una violencia extrema, que en este caso se ejerce contra los propios africanos. ¿Es esta una perspectiva poco abordada en los medios de comunicación occidentales?

No se trata de terrorismo islámico y menos aún islamista. Son unos conceptos anglosajones que siguen imponiéndose en la literatura de los medios de comunicación e incluso de los escritores o analistas. Se trata de criminales. Y punto. La ideología es un pretexto, que tiene como supuesta fuente una religión, etnia o política, y sirve de excusa a esos criminales.

Estos criminales usan una violencia extrema porque quieren sembrar el terror. Y persiguen el objetivo de reinar sobre territorios en el nombre de un Dios que en la realidad desconocen totalmente, así como los fundamentos de esa religión.

Para los occidentales, el terrorismo amenaza sólo a Occidente y se olvida a menudo de que este fenómeno violento afecta en su globalidad al 90% de las poblaciones del Sur. Somos, en Europa, las víctimas del sensacionalismo, de lo que llamo yo la información que engloba la teoría de los DSS, es decir Deporte, Sexo y sus gustos persistentes de la “Sangre”. Ciegamente, en los medios de comunicación se habla del terrorismo islamista o de la Yihad, del fanatismo o el extremismo violento, pero sin percepciones reales de este fenómeno criminal. La trata de seres humanos, los secuestros, los asesinatos -obras criminales de estos monstruos- son las consecuencias de un malestar social y económico profundos. Sin embargo, no son excusas. Porque un criminal es un criminal, no se puede adentrar en su psique para encontrarle una excusa o disfunción psicológica. Porque el objetivo de estos criminales es el dinero y saciarse de sangre.

La novela ofrece datos históricos y muestra la situación de algunos países africanos. ¿Si en Europa se estudiara en las escuelas la realidad del continente vecino y los medios de comunicación informaran con mayor profundidad, se entendería mejor el fenómeno de la emigración?

Buena pregunta. Permítame subrayar un punto importante para mí. Si Occidente hubiera castigado a los dirigentes de esos países proveedores de inmigración ilegal, de cualquier manera justa como por ejemplo, cortar las ayudas o romper relaciones políticas con ellos, los gobernantes africanos estarían obligados a revisar sus políticas internas. Las dictaduras, los corruptos y los señores de la guerra en este continente no cesarán de oprimir a sus pueblos y los arrojarán en brazos de Occidente para que los adopten y favorezcan con una vida digna.

En efecto, una buena información informa sobre la situación real de los africanos que están pagando un precio muy alto para llegar a Europa. Muchos, muchísimos mueren en el camino. Otros estarán desilusionados cuando se enfrenten a la vida real en Europa. Porque los traficantes les venden una imagen falsa del European dream, el sueño de vivir en Occidente. El trabajo de concienciación se debe hacer allí, en África, porque cuando llega el inmigrante ilegal a Europa es demasiado tarde. Muchos no tendrán papeles, no tendrán trabajos y tampoco lograrán sus sueños. Entonces ¿para qué?

Makeda saca a la luz también la valiosa labor que llevan a cabo las ONG que asisten a las personas refugiadas. ¿Cómo se informó para conocer su trabajo desde dentro?

En mi novela no hablaba de una ONG en concreto, ni me acerqué a ninguna organización. Es mi conocimiento propio sobre este tema. He visto el trabajo fenomenal y tan importante que llevan a cabo las ONG y quería rendir un homenaje a través de la novela a estas organizaciones sin ánimo de lucro que hacen posible que miles de personas recobren su dignidad y, especialmente, las mujeres en general.

El título de su obra no está puesto al azar. ¿Qué célebre personaje tenía como sobrenombre Makeda y por qué lo escogió para titular la novela?

Correcto, el titulo no ha sido puesto al azar. Es el resultado de una meticulosa reflexión sobre el personaje principal de mi novela. Quería darle una altísima profundidad a Makeda a través de ese nombre mítico, que es el nombre verdadero de la Reina de Saba, un personaje tan importante en la historia de esa región, pero muy desconocido. La Reina de Saba es el equivalente a Cleopatra, en diferentes épocas y diferentes circunstancias.

Después de experimentar el desamparo del ser humano en medio de un universo indiferente y absurdo, quería encender la luz de la fe, del amor y de la esperanza para iluminar el resto de ese camino.

En la obra no todo son dramas. La fe y el amor están muy presentes, además se abordan de una forma poética. ¿Cuál es el propósito de estos elementos?

La historia también recorre otros caminos: los de la fe, la esperanza y el amor. Estos elementos son poesía, son prosas de la vida y son el remedio a la desesperanza, al miedo y a la “sinitrosis”. Me parece que esta palabra no existe en castellano, pero sí en francés y define esa conducta patológica de una persona víctima de pesimismo sistemático en su vida. Después de experimentar el desamparo del ser humano en medio de un universo indiferente y absurdo, quería encender la luz de la fe, del amor y de la esperanza para iluminar el resto de ese camino. Porque, finalmente Dios no ha muerto y Makeda por convicción llega a realizar su destino.

Mis personajes, y particularmente Makeda, luchan tan valerosamente contra la angustia, la soledad, la humillación y la muerte, que explícitamente se comprometen a una lucha contra la nada del desierto del Sinaí, pero también en contra de las sequías de los corazones, aunque no logran superarlas, puesto que lo que conquistan son sólo ganancias temporales: el amor, la dignidad, el derecho a orientar sus vidas, la audacia de no temer a la muerte, que vendrá a arrancarlos de este mundo a pesar de su indiferencia. Todo esto parece bello y es, sin duda, valioso, aunque perece con el ser humano, con Makeda.

¿Tiene nuevos proyectos literarios entre manos?

Si, porque Makeda es la primera de una trilogía. Me encanta explorar personajes que no son perfectamente heroicos en el sentido puro de la palabra, porque se resisten a dejar de ganar o a perderlo todo; mis personajes buscan un destino personal en sus historias, puesto que desean superar sus condiciones, salvarse de las limitaciones humanas.

Quiero que mis personajes posean el suficiente amor y fe para hacer nacer en ellos la confianza, la felicidad, en tanto que deben remontar situaciones sin ayuda divina. Y si no lo logran, caen en la relatividad del tiempo. Estos son mis proyectos para despertarnos de la monotonía de lo cotidiano que nos encarcela en la dictadura del momento.

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