Éste es un comentario previo y guía de visionado a la sesión de debate del cine-club online de Casa Mediterráneo que sobre este film que se emitirá el miércoles 27 de enero de 2021 a las 19 horas por las redes sociales y canal de Youtube de Casa Mediterráneo.
Por Luis López Belda.
En el drama con tintes gays de Eytan Fox, Lior Ashkenazi interpreta a un sicario del Mossad acosado por una conciencia culpable, mientras que Knut Berger y Caroline Peters son hermanos que resultan ser nietos de un nazi criminal de guerra. Este drama político-psicológico bien intencionado y generalmente hábil del director Eytan Fox y el guionista Gal Uchovsky se ve enormemente ayudado por la actuación carismática del actor principal Lior Ashkenazi.
Proyectada en la barra lateral de Panorama en el Festival de Cine de Berlín, es una historia moralista imperfecta pero fascinante centrada en los peligros de permitir que el pasado dicte nuestro el presente y sobre el deseo de venganza tan humano como desastrosas son sus consecuencias.
Como núcleo emocional del guion del en ese momento novato Gal Uchovsky, el ganador de Ophir (Premio de la Academia de Cine Israelí) al Mejor Actor, Lior Ashkenazi ofrece una actuación vigorosa y notablemente matizada que ayuda a mitigar los ocasionales lapsos dramáticos de la película.
¿A qué sabe la venganza? ¿Es dulce la venganza? Ésa es una pregunta que el letal agente del Mossad Eyal (Lior Ashkenazi) sería incapaz de responder al comienzo del film, ya que este viudo angustiado (su esposa se acaba de suicidar) y, a la vez, tipo duro y versátil recibe una nueva tarea: encontrar el paradero de un viejo criminal de guerra nazi y desempeñar el papel de guía turístico para sus nietos: Axel (Knut Berger) y Pia (Caroline Peters) como tapadera de la misión.
Una misión aparentemente sencilla de realizar se vuelve más difícil en el momento en que el fanático Eyal descubre que Axel es (abiertamente) gay. A medida que avanza la película, la misión se vuelve aún más difícil, y menos sencilla, una vez que Eyal comienza a ver a Axel y Pia como seres humanos sensibles, en lugar de instrumentos para conseguir sus objetivos.
Es cierto que las preocupaciones comerciales restan valor a las “buenas intenciones”. Como se puede atestiguar por su trama, Walk on Water está lleno de buenas intenciones. Y para ser justos, no tienen nada de malo en sí mismas. Se nos muestra que la violencia engendra violencia. Axel y Pia nos recuerdan que Alemania, a pesar del resurgimiento posterior a la unificación de los movimientos ultranacionalistas, no es el mismo país cuyas políticas llevaron a la Segunda Guerra Mundial y al Holocausto. De hecho, si hubiera existido en la década de 1930, el propio Axel podría haber terminado sus días en un campo de concentración, debido a su homosexualidad. Eyal, por su parte, encarna la esperanza de que la redención sea posible para (al menos algunas de) las personas más endurecidas que existen.
Sin embargo, las buenas intenciones se convierten en un problema cuando ya no sirven a la historia ni a sus personajes. Un ejemplo: siguiendo una visión ambigua de la delgada línea que separa la venganza de la justicia, el final de Walk on Water, que agrada a la mayoría y nos permite sentirnos bien al salir del cine, se siente tan flojo como falso.
Hay otros tipos de consideraciones comerciales que despiertan debate. Por ejemplo, un número, excesivo para algunos, de melodías pop, desde For What It’s Worth de Buffalo Springfield hasta Tunnel of Love de Bruce Springsteen, puede restar valor al drama en lugar de realzarlo, aunque no estoy de acuerdo.
La descripción “bien intencionada” de la evolución de Eyal como persona es lo que se llama “arco de personajes”. Predecible, pero, dentro del marco de la película, creíble, emocionante y convincente. Por otro lado, el lado excitante de las escenas de Eyal-Axel es una digresión, sin duda, pero un desvío interesante pero sin un claro objetivo. A medida que los dos hombres se van conociendo durante su viaje por carretera, se supone que debemos preguntarnos claramente si algo más íntimo que un casto apretón de manos ocurrirá entre ellos. Se bañan juntos. Se miran intensamente el uno al otro. Se unen durante un baño de barro en el Mar Muerto.
Lior Ashkenazi demuestra ser no el salvador de un gay alemán y de drag queens en apuros, sino, en gran medida, de la película. Ya sea jugando el papel de un guía turístico para los alemanes en Israel o de un turista israelí en Alemania, Eyal muestra una gama vertiginosa de emociones y actitudes humanas contradictorias: es fuerte y sensible, seguro de sí mismo e inseguro, implacable y compasivo, intrépido y aterrorizado, justo y lleno de culpa. El asesino atormentado del Mossad Lior Ashkenazi, como el asesino a sangre fría de Alan Ladd en el film negro de 1942 This Gun for Hire, se presenta como un individuo digno de empatía. Una impresionante hazaña de interpretación.
Entonces, ¿es dulce la venganza? No, al menos según los responsables del film. A pesar de las distracciones innecesarias a lo largo del camino, Eytan Fox y Gal Uchovsky quieren que entendamos que la venganza no sólo es amarga, sino también profundamente destructiva para todos los involucrados.
FICHA ARTÍSTICAPaís: Israel. Título original: Lalehet al hamayin. Año: 2008. Dirección: Eytan Fox. Guion: Gal Uchovsky. Duración: 103 minutos. Género: Thriller dramático. Fotografía: Tobias Hochstein.- Música: Max Richter. Intérpretes: Lior Ashkenazi, Knut Berger, Caroline Peters, Gideon Shemer, Hanns Zischler, Carola Regnier, Yousef ‘Joe’ Sweid.
PREMIOS Y MENCIONES2005: Nominada al Cesar: Mejor película extranjera.
PLATAFORMA DE STREAMING DONDE PUEDE VERSE EL FILM-Filmin: filmin.es/pelicula/caminar-sobre-las-aguas
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