Carmen Nájera es una de las mujeres más brillantes del campo de la Química en nuestro país, una de las científicas más citadas en el ámbito internacional, cuya labor ha sido reconocida con importantes galardones como el Premio de Química Orgánica de la Sociedad Española de Química o el Rosalind Franklin International Lectureship de la Sociedad Inglesa de Química, entre otros muchos.
Tras culminar sus estudios de Química en la Universidad de Zaragoza y su tesis doctoral en la Universidad de Oviedo, realizó estancias posdoctorales en la ETH (Zurich, Suiza), en la Universidad de Oxford (Reino Unido), en Harvard University (EE.UU.) y en Uppsala University (Suecia), se promocionó a Profesora Titular en la Universidad de Oviedo y posteriormente a Catedrática de Química Orgánica en la Universidad de Alicante.
Nájera trabaja en los procesos catalíticos en síntesis orgánica, campo en el que ha publicado mas de 300 artículos en revistas internacionales. En reconocimiento a su actividad investigadora y divulgadora, ha sido nombrada miembro numerario de la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales. Además, es cofundadora y ha sido directora técnica durante 15 años de la empresa Medalchemy S.L.
El pasado 5 de febrero, Carmen Nájera pasó por el ciclo ‘Mujeres y el Mediterráneo’ para abordar el papel de la mujer la ciencia, dar a conocer las múltiples aplicaciones de la Química y los grandes desafíos que ésta afronta para el presente y el futuro de la humanidad. Con una enorme sencillez y cercanía, la científica respondió amablemente las preguntas de nuestra revista.
Su ámbito de investigación son los procesos catalíticos en síntesis orgánica. ¿Nos puede explicar de forma sencilla en que consiste esta especialidad y cuáles son sus aplicaciones?
Sí, por supuesto. Usar catálisis significa que hay un compuesto, una molécula, que facilita la reacción. Si una reacción necesita mucha energía para que transcurra, el catalizador lo que hace es interaccionar con los reactivos, bajar esa energía y que la reacción vaya más deprisa. Eso se utiliza en todos los campos de la Química. Concretamente, nosotros hemos usado varios tipos de catalizadores: moléculas pequeñas, como un aminoácido, alanina, glicina, etc.; y también compuestos que tienen metales. La tercera catálisis, sobre todo si es para hacer moléculas quirales -ahora hablaremos de ellas-, pueden serla las enzimas. Son los tres tipos de catalizadores con los que podemos hacer moléculas quirales. Una se llama organocatálisis; la otra, catálisis organometálica; y la tercera, catálisis enzimática.

Carmen Nájera junto a Sonia Marco, moderadora del encuentro en Casa Mediterráneo
La enzimática quizás sea la que mejor se entienda, porque todos sabemos que las enzimas son capaces de catalizar procesos biológicos, sintetizar moléculas a nivel biológico. Nosotros lo hacemos a nivel químico en el laboratorio, digamos en vitro, en matraz. Hemos realizado bastante química de este tipo y lo más sobresaliente que hemos hecho ha sido sintetizar unas moléculas que tenían bastante actividad como antivirales para la Hepatitis C.
En eso hemos trabajado bastante tiempo, lo que pasa es que como somos un grupo pequeño y hay muchas compañías farmacéuticas que han estado trabajando en ese campo, se nos han adelantado, en el sentido de que han puesto en el mercado hace ya cuatro o cinco años los antivirales, gracias a los cuales la gente que tiene Hepatitis C se salva. Empezamos a trabajar en ese campo porque no había ningún fármaco para luchar contra la infección, y entonces pensamos que con nuestro saber en catálisis podríamos prepararlos. Pero bueno, al final, se nos adelantaron algunas empresas farmacéuticas y lo dejamos.
Eso ocurre con frecuencia en los grupos pequeños. Nosotros trabajamos haciendo química básica. Vemos si un catalizador puede ser bueno para hacer una serie de transformaciones, cuando las realizamos si la molécula final es interesante, decimos: “Esto puede tener aplicación”. Pero en principio, la química básica no tiene una aplicación directa inmediata, puede tenerla en un futuro; puede simplificar una estrategia para sintetizar algo.
La mayoría de las moléculas orgánicas que forman nuestro cuerpo son quirales. Las enzimas lo son y los aminoácidos, que son los que dan lugar a éstas, a las proteínas y demás. Un ejemplo de quiralidad que es muy sencillo de explicar -de hecho, el nombre de “quiro” viene del griego y significa mano- es el de dos manos, que no se pueden superponer, la relación entre ellas es como si hubiera un espejo en medio y se reflejan. Hacer una u otra es bastante complejo. Y eso es en lo que hemos estado trabajando, porque nos parece un tema muy importante. Hay un porcentaje muy elevado, cada vez mayor, de moléculas que son productos farmacéuticos quirales y es necesario desarrollar métodos para desarrollarlos.
¿Eso es lo que hace su empresa?
Ahora la empresa la hemos vendido y se sigue dedicando a nuevas moléculas anticancerígenas y a canabinoides.
Me gustaría saber su opinión sobre la situación de la mujer en la ciencia. La labor de la mujer en el ámbito científico ha tenido poca visibilidad a lo largo de la historia. ¿Este panorama está cambiando?
Sí, sí, por supuesto, pero sobre todo porque cada vez hay más mujeres. Es un problema, evidentemente de calidad, pero también de cantidad. Cada vez más la mujer se está incorporando al mundo científico, al igual que a otras profesiones, y por lo tanto, lógicamente tiene más visibilidad. Aunque hay que reconocer que todavía necesitamos de esa discriminación positiva para participar en comités, en congresos y dar las charlas. A la hora de solicitar un proyecto, por ser mujer hay un bonus, y si en un grupo de investigación no hay mujeres se penaliza en cierto modo para que se incorporen al equipo. Eso ha ido cambiando también el panorama. Para mí la situación futura ideal sería que no haya que hacer nada, que sea lo natural.
En cuanto a la carrera de Química, ¿hay una proporción similar de chicas y chicos estudiantes?
Sí, siempre. Quizás hasta en mis tiempos, de lo que hace ya muchos años, estamos hablando de los 70. Éramos casi el 50% y ahora, por supuesto.

Carmen Nájera durante su charla en Casa Mediterráneo
Y a la hora de dedicarse a la vida académica o al mundo empresarial, ¿se aprecian diferencias significativas entre el número de hombres y mujeres?
No, al menos en los últimos 20 años. Yo he tenido prácticamente el mismo número de doctorandos mujeres que hombres y luego a la hora de colocarse, tanto en la industria como a nivel académico, es exactamente igual. Luego, subir de nivel es complicado, pero también para los hombres, sobre todo por la situación especial que hemos atravesado y en la que nos encontramos ahora por la crisis. Las universidades se han cerrado para todos. Pero hace años, si había competencia entre una mujer y un hombre, entraba el hombre seguro. Eso ya se ha acabado.
La conciliación familiar y laboral es un problema general en España, ¿afecta especialmente a las mujeres en el campo de la ciencia?
Sí, efectivamente, ese problema existe y todavía está por resolver. Si tienes la suerte de tener familia cerca, de poder pagar a una persona que atienda a los niños, sufragar las guarderías adecuadas, ofrecer una compensación para ir a recogerlos cuando tú no puedes, que ambos miembros de la pareja se involucren… Sigue siendo complicado y sobre todo para las mujeres, para quienes la carga familiar suele ser superior a la de los hombres. Eso ocurre en todos los trabajos, creo yo.
No obstante, la ventaja de si haces una carrera académica es que tienes un poco más de libertad, no tienes que fichar. En la universidad puedes compaginar un poco mejor la vida familiar que en una empresa.
¿Cómo ha afectado crisis económica de los últimos años a las carreras científicas y en concreto a la de Química? ¿Se ha producido mayor fuga de cerebros a otros países?
Ahora la situación está fatal. Todavía no hemos cambiado el sistema de la crisis. Las universidades siguen aún cerradas, con las plantillas completamente congeladas. Entonces, ¿qué ocurre? Que la gente que quiere hacer carrera científica, cuando se va a hacer el posdoc, normalmente de dos a cuatro años, si luego no puede volver -para regresar y poder colocarte en la universidad tienes que hacerlo con un contrato del Ramón y Cajal y es muy complicado conseguirlo-, se queda fuera.
Además, el problema que tiene la universidad española es que carece de la posibilidad de recuperar a la gente, porque el sistema no lo permite. Está blindado, siempre lo ha estado, porque no tenemos un sistema anglosajón. En éste, la universidad contrata a quien quiere. Saca una plaza con un determinado perfil, optan a ella candidatos de cualquier nación y género, exponen sus ideas y la universidad los contrata. En España eso no se puede hacer. Hay que estar dentro de la universidad para poder ir habilitándose, para que te acrediten que es capaz de ser profesor titular, que antes seas ayudante…
Solemos comentar que hasta un Premio Nobel, si quisiera acceder a una plaza, a una cátedra en la universidad española, no podría. Es tremendo. Desde hace muchísimos años, siempre he pensado que este sistema de funcionarios es fatal para la ciencia; debería ser un sistema abierto por un contrato y si esa persona tira para delante y es un buen profesional se promociona.
Pero, ¿qué pasa?: Que ese sistema es muy caro. Para fichar a alguien le tienes que ofrecer algo: un laboratorio con unos mínimos para trabajar, si es en Química por ejemplo. Entonces, la gente cuando empieza a hacer la carrera académica en España y comienza desde dentro, está en un grupo con su infraestructura y ahí sigue trabajando, pero no se hace independiente; es un sistema muy endogámico. Yo estoy totalmente en contra, pero no he podido hacer nada para cambiarlo a lo largo de tantos años. Además, ese problema no se aborda. Todavía ningún ministro, ni ningún gobierno han planteado hacer una reestructuración, que yo denomino “la reconversión de la universidad”.
Se habla mucho de la necesidad de aumentar los presupuestos destinados a la investigación científica, pero por lo que cuenta para que haya avances reales también es necesario cambiar las estructuras…
Exacto. La gente que se marcha fuera y la contratan porque lo merece, se encuentra con unas infraestructuras. No se trata del sueldo, que puede ser parecido o un poco mejor que el de aquí, eso es lo de menos. Les proporcionan personal, espacio para trabajar, pueden ser independientes, formar su grupo e ir subiendo… Todo eso para un joven es maravilloso.
Entiendo, no puedan renunciar a eso.
¿Cómo van a renunciar a eso? Sería un error, un desastre para su carrera científica. Esa gente viene a la universidad española y la ponen en el pasillo. A los mejores a los que se contrata, con los contratos Ramón y Cajal, cuando vuelven les dan algo de dinero pero claro, van a un departamento y éste tiene todo su espacio ya distribuido. Se pueden poner a trabajar en un grupo, pero tienen que hacerlo en la investigación en esté en marcha. La limitación es muy grande. Es un desastre. Resulta muy decepcionante estar trabajando tantos años en la universidad española y ver que no cambia nada y que no hay manera de que cambie.
Ante esta perspectiva es comprensible la fuga de cerebros y que luego sea complicado recuperarlos.
Además, lógicamente se van los mejores, porque para que te contraten fuera tienes que ser bueno. Ahora hay bastantes químicos orgánicos que están en los mejores centros europeos, donde se encuentran muy a gusto, pero siempre pensando en España.
La ONU proclamó el 11 de febrero Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, ¿cree que se está haciendo lo suficiente por incentivar a las chicas a estudiar carreras científicas? ¿Tienen referentes femeninos que las inspiren a la hora de decantarse por estas profesiones?
Creo que algo se hace. Yo, de hecho, he dado charlas en algún instituto. La Química siempre ha estado en manos de mujeres, siempre ha habido muchas mujeres implicadas en ella. Es un hecho que achaco a Marie Curie. Lo mejor de Marie Curie no fue sólo lo que hizo, sino la visibilidad que dio a la mujer. Es una pionera. No recuerdo haber leído las vidas ejemplares de los santos, pero sí la vida ejemplar de Marie Curie. Era muy trabajadora, muy hormiguita, además en un ambiente hostil, porque no era francesa; su marido sí lo era y gracias a eso pudo hacer algo. Ella siempre ha sido un modelo a seguir y eso a la Química le ha venido muy bien.
En Medicina hay más modelos, porque hay muchísimas más mujeres trabajando como médicos; biólogas también hay bastantes y tienen visibilidad. Ángela Nieto o María Blasco, por citar dos ejemplos de aquí, son muy conocidas en España, dos modelos a seguir. De todas formas, la medicina y la biología no necesitan mucha propaganda, porque como tales ya resultan muy atractivas. La física y las matemáticas es más complicado que las niñas se decanten por ellas, no hay tantos modelos conocidos. Por este orden, yo diría que donde hay más mujeres es en Medicina, Biología y Química.
A su parecer, ¿cuáles son los desafíos a los que se enfrenta la Química en la actualidad?
Creo que el mayor desafío de la Química es ser capaz de luchar contra la contaminación. También trabajar en energías alternativas, en purificación de agua, en farmacología… Realmente, los químicos tocamos muchos aspectos de la vida diaria como alimentación, vestido, medicamentos… Digamos que hacemos un poco de todo, pero lo que está claro es que hay que conseguir mejores pesticidas, que no sean tóxicos, porque necesitamos grandes cosechas; mejorar los tejidos para que no se contamine tanto; lograr que los plásticos se degraden o despolimerizarlos, es decir, volver al estado inicial, lo que sería una forma muy fácil de degradarlos; tratar de disminuir la cantidad de óxido de carbono, por motivos medioambientales, atmosféricos… y muchas cosas más.
El uso de coches eléctricos puede contribuir a ello, aunque para generalizar su uso todavía es preciso reducir su coste y disponer de más puntos de recarga.
Sí, de hecho el último Premio Nobel de Química fue por las baterías de litio, que ya hace años que están en marcha. En el sector de la energía también tenemos cosas importantes que hacer. Por ejemplo, todos los materiales para las placas solares están basados en investigación química.
El campo de la Química es muy amplio y los desafíos de la humanidad muy grandes.
Sí, creo que a va producirse una especie de break down (ruptura), una pequeña revolución en la que tendremos que cambiar nuestro modo de vida, nuestro modo de consumo y los materiales que vamos a consumir, creo que es muy importante. Aunque hay otras muchas cosas importantes. Un médico te diría que hay que luchar contra todas las enfermedades que están huérfanas y conseguir medicamentos que sean individualizados… Todas las partes de la ciencia tienen sus retos, evidentemente.
Por eso es tan importante la inversión en investigación, que sigan creciendo las vocaciones científicas y que los profesionales se puedan quedar en España.
Desde luego, eso va a ser fundamental.