“Somos lo que comemos”. Esta célebre frase del filósofo y antropólogo alemán Ludwig Feuerbach sirvió a Francisco Rábena Barrachina, director de la Oficina del Alto Comisionado para la Marca España (OACME), para destacar la importancia de la Dieta Mediterránea, no sólo como instrumento para vivir más y mejor, sino también como parte consustancial de ser español.
Estas palabras fueron pronunciadas en la última sesión del congreso “Dieta Mediterránea: Una visión multidisciplinar en el siglo XXI: Alicante punto de encuentro”, celebrada los pasados días 3 y 4 de mayo en Casa Mediterráneo. Un evento dirigido a mostrar las virtudes de un tipo de alimentación, desde evidencias científicas y culinarias, que hoy en día compite con los atractivos y la inmediatez de la comida rápida.
La sesión contó con las intervenciones de la reconocida chef alicantina Mª José San Román del Restaurante Monastrell (una Estrella Michelín), que en su cocina utiliza sólo aceite de oliva virgen extra y especias de la tierra como el azafrán, hace su propio arroz y pan de masa madre y cereales; el célebre pastelero Paco Torreblanca, cuyas creaciones aúnan tradición y vanguardia, con creaciones que constituyen auténticas piezas de arte; Manuel Rodríguez Murcia, Presidente de la Asociación de Gastronomía de la Comunidad Valenciana; y Ramón Estruch Boneu, Hospital Clinic Barcelona, coordinador de los estudios Predimed y Predimed Plus.
Rábena recordó que España es el segundo país más longevo del mundo, donde las mujeres viven de media hasta los 87 años y los hombres hasta los 85, sólo por detrás de Japón. Tras esta realidad, además del ejercicio físico y el excelente sistema sanitario español, se encuentra la Dieta Mediterránea, “piedra angular de nuestra forma de ser”. Una forma de vida que gira en torno a una buena mesa, de la que sale conversación, descanso, paseos, sol, Mar Mediterráneo…
Este estilo de vida “queremos exportarlo al mundo”, señaló el responsable de la Marca España. En este sentido, Alicante aspira a convertirse en un punto de referencia mundial de la Dieta Mediterránea, tanto por su privilegiado entorno como por su tierra rica en productos saludables (verduras, frutas, pescados, vinos,…).
Como colofón al encuentro, los representantes de los organismos participantes firmaron la Declaración de Alicante sobre Dieta Mediterránea, previamente presentada por Carlos Castillo, vicepresidente de la Diputación de Alicante, y Rafael Ansón, Presidente de la Academia de la Gastronomía del Mediterráneo. El documento se difundirá entre organismos públicos, entidades privadas, universidades, colegios y ciudadanía en general con el objetivo de que la Dieta Mediterránea se preserve como seña de identidad y forma de vida de España y se exporte a todo el mundo, como valor indiscutible de salud y bienestar.

Firmantes de la Declaración Alicante sobre Dieta Mediterránea
El 16 de noviembre de 2010, el Comité Intergubernamental para la Salvaguarda del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, reunido en Nairobi, la capital de Kenia, declaró a la Dieta Mediterránea Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
El 12 de marzo de 2014, se aprobó en el Parlamento Europeo el Informe de Iniciativa sobre El Patrimonio Gastronómico Europeo: Aspectos Culturales y Educativos, iniciativa promovida por España, a propuesta de la Fundación Española de la Nutrición (FEN), y la Real Academia de Gastronomía (RAG).
La presente Declaración reconoce y se enorgullece de lo que la Cultura Mediterránea ha aportado al mundo, desde Grecia hasta nuestros días, un modelo de libertad en lo político, en lo social, en lo artístico, en lo cultural, en la alimentación, y en los estilos de vida.
La Dieta Mediterránea es una filosofía de vida basada en una forma de alimentarnos, de cocinar los alimentos, de compartirlos, de disfrutar de nuestro entorno y nuestro paisaje, de vivir y de relacionarnos con el medio, de generar arte y cultura, historia y tradición; todos ellos vinculados a nuestros alimentos emblemáticos y a su origen. Se trata de un cúmulo cultural extraordinario que abraza a todos los pueblos de la cuenca mediterránea y está constituido de paisajes, cultivos y técnicas agrícolas, mercados, elaboraciones, espacios y gestos culinarios, sabores y perfumes, colores, tertulias y celebraciones, leyendas y devociones, alegrías y tristezas, e innovación y tradiciones.
El concepto de Dieta Mediterránea amparado por la Unesco está íntimamente relacionado con el origen etimológico del término, pues dieta proviene del vocablo griego “diaita”, que significa “estilo de vida equilibrado”. Porque, en el fondo, más que hablar de una forma de alimentación hay que hacer referencia a una forma de vida que, además, constituye un verdadero legado, que tenemos la obligación de preservar y promover.
El estado de salud y bienestar de la población está condicionado por la alimentación, y los estilos de vida. La Dieta Mediterránea es un patrón alimentario y estilo de vida equilibrado y saludable directamente relacionado con la prevención de enfermedades crónicas y con la promoción de la salud, tanto desde el entorno escolar como familiar, y en sentido más amplio, en toda la sociedad.

Panorámica del aperitivo mediterráneo ofrecido tras el encuentro en Casa Mediterráneo – Foto: María Gilabert / Revista Casa Mediterráneo
La evidencia científica puso de manifiesto en la segunda mitad del siglo XX el carácter excepcional del estilo de vida mediterráneo y su influencia en la salud de la población. Sin embargo, el seguimiento y la monitorización del patrón tradicional de Dieta Mediterránea revelan un progresivo abandono del mismo, por la influencia de nuevos hábitos y costumbres alimentarias y estilos de vida, poco saludables, que ya está teniendo repercusiones negativas en los países mediterráneos.
La obesidad se considera la epidemia del siglo XXI, especialmente entre la población infanto-juvenil, y las enfermedades cardiovasculares siguen siendo la primera causa de mortalidad. El síndrome metabólico y la diabetes son igualmente de envergadura global entre los países desarrollados, incluido España, y de manera muy significativa en las áreas mediterráneas. Estos hechos parecen correr en paralelo al abandono de los hábitos que situaron al estilo de vida mediterráneo en el eje de la longevidad entre los países de la cuenca mediterránea. Evitar el paulatino abandono de la Dieta Mediterránea tendría una repercusión favorable, tanto en cuanto a la regresión de enfermedades relacionadas con una mala alimentación e inadecuados estilos de vida, así como en cuanto a la conservación de la agricultura y el paisaje tradicionales, en suma, de nuestra gastronomía mediterránea y, en definitiva, del medio ambiente.
Por todo ello, en la presente “Declaración de Alicante sobre Dieta Mediterránea “Alicante, Clúster por la Dieta Mediterránea en el siglo XXI”,
Se insta a las Administraciones, con diferentes responsabilidades, a incorporar al sistema educativo de manera definitiva los conocimientos de alimentación, de nutrición, de gastronomía y la educación del gusto, las experiencias, y siempre de acuerdo con la mayor evidencia científica probada del modelo de Dieta Mediterránea.
Los hábitos alimentarios de las poblaciones mediterráneas constituyen, sin duda, una rica herencia sociocultural que estamos obligados a transmitir de generación en generación y las escuelas, junto con las familias, son el lugar idóneo para la adquisición de estos conocimientos. Por ello, la Declaración solicita que se promuevan hábitos alimentarios mediterráneos, sin perjuicio del placer asociado al hecho de comer, a la buena convivencia y a la sociabilidad. Al mismo tiempo, se insta a facilitar a las familias no sólo la información relativa a las bondades de la Dieta Mediterránea, sino a que dispongan de las herramientas necesarias para llevar a cabo una compra saludable y satisfactoria, basada también en los principios de equidad y no discriminación.
Pide que se mantenga la calidad de vida de los pueblos mediterráneos, consiguiendo que, con el tiempo, todo el mundo tenga lo suficiente para comer y que la gente que pueda elegir y sepa comer, sea capaz de alimentarse de una manera saludable y de disfrutar comiendo, de acuerdo con nuestro legado. En definitiva, se trata de recuperar las esencias y las tradiciones de la Dieta Mediterránea, trasladándolas a un esquema contemporáneo , y con la ayuda de las nuevas tecnologías.
La Declaración requiere iniciativas que puedan desarrollarse a muy diferentes niveles, para promocionar y preservar todos los territorios, paisajes y productos que conforman el patrimonio gastronómico local. También, que se reconozca que el ser humano ha dedicado un esfuerzo extraordinario, en el ámbito cultural, a la cocina, a la alimentación y a la gastronomía.
Se reconoce que esta última se está convirtiendo en uno de los principales reclamos en materia de turismo, y que la interacción turismo/gastronomía/nutrición está teniendo un efecto muy positivo en la promoción turística, en el ámbito más general, como también de manera más específica en el denominado “turismo de salud”, en el que la provincia de Alicante mantiene un liderazgo tanto a escala nacional como internacional.
Es por ello que se solicita, por un lado, que se reconozca de manera específica a aquellos establecimientos e industrias del ámbito turístico y de la hostelería que vienen promoviendo las buenas prácticas de acuerdo a los conceptos de la dieta mediterránea, a través de la formación de sus trabajadores, de la propuesta de menús mediterráneos, la promoción de los productos locales, campañas de divulgación de las bondades de la dieta mediterránea, entre otras. Por otro lado, en el ámbito de los establecimientos sanitarios y de salud, se deberá promover la impregnación del concepto de dieta mediterránea y estilos de vida asociados, como un factor de promoción de la salud, y un envejecimiento saludable.
Se solicita que se favorezca y reconozca a través de diferentes acciones la producción alimentaria mediterránea sostenible, variada, de calidad y en cantidad suficiente. Asimismo, solicita la presente Declaración que se adopten medidas que hagan posible la valorización de estos productos, una mejor información hacia los consumidores y la protección de la diversidad de la gastronomía mediterránea, en sus diferentes expresiones. Reconoce con satisfacción que los regímenes de indicaciones geográficas y especialidades, a saber, la denominación de origen protegida (DOP), la indicación geográfica protegida (IGP) y las especialidades tradicionales garantizadas (ETG), constituyen una magnífica herramienta para la promoción de las buenas prácticas en la producción y transformación de los productos que permitan una mayor adherencia a la Dieta Mediterránea.
Se insta a mantener y reconocer la alta calidad, diversidad, heterogeneidad y singularidad de los productos artesanales, locales, regionales y nacionales para luchar contra la homogeneización que, a la larga, llevaría al empobrecimiento del patrimonio gastronómico mediterráneo; al mismo tiempo, se pide la protección del patrimonio arquitectónico de los mercados tradicionales o establecimientos de productos alimentarios, las bodegas u otras instalaciones y también de los utensilios y maquinarias relacionados con la alimentación y la gastronomía en nuestro entorno mediterráneo.
La presente Declaración reconoce que la gastronomía es una de las manifestaciones culturales más importantes del ser humano y que, dentro de dicho término, no debe entenderse solo la llamada «alta cocina», sino todas las expresiones culinarias de las diversas regiones y estratos sociales, incluidas las relacionadas con la cocina autóctona. Al mismo tiempo, se enorgullece del papel que desempeñan nuestros expertos y talentosos chefs en la preservación y la exportación de nuestro patrimonio gastronómico mediterráneo, así como la importancia de mantener nuestra competencia culinaria. Por ello, pide que se habiliten programas de formación de los profesionales de la gastronomía, que aborden la gastronomía local y mediterránea, la diversidad de los productos y los procesos de preparación, producción, conservación y distribución de los alimentos.
Igualmente, se defienden las iniciativas que refuerzen el concepto de proximidad como elemento de respeto del medio ambiente y a nuestro entorno, y que son una garantía para una mayor confianza del consumidor. Entiende que la educación alimentaria- nutricional consiste también en formar a los ciudadanos en lo concerniente a la relación entre alimentos, sostenibilidad alimentaria y salud del planeta. Por ello, destaca que debe contar con la participación de las familias, los profesores, la comunidad docente, los canales de información y todos los profesionales involucrados en la educación. En este sentido, la Declaración de Alicante insta a tomar las medidas necesarias para procurar que Alicante se constituya en centro de referencia para el estudio y formación sobre Dieta Mediterránea, con carácter multidisciplinar, transversal, y a diferente escala: escolar, formación profesional, universitaria, y de posgrado, a través de la excelencia. Por ello, propone la creación de un Centro Internacional de Estudios de la Dieta Mediterránea.
Considera que la Marca “Dieta Mediterránea” no sólo debe promocionarse, sino constituirse es una herramienta para el desarrollo del crecimiento y la creación de puestos de trabajo en amplios sectores económicos, incluidas industrias como la restauración, el turismo, la agroalimentaria, la educación y la investigación, entre otras; además, solicita que forme parte de manera indisoluble de “Marca España”, entendida de manera global.
La alimentación y estilos de vida se han convertido en una causa fundamental de factores de riesgo, enfermedades y de patologías –obesidad, enfermedades cardiovasculares, diabetes…– que generan no sólo un empeoramiento en la salud de los ciudadanos y su calidad de vida, sino que también generan unos elevados costes económicos gastos extraordinarios, en la atención sanitaria. Por ello, la presente Declaración resalta la importancia de aplicar las recomendaciones de la OMS para luchar contra la obesidad y la mala alimentación.
Señala que la práctica deportiva y la actividad física deben ser reforzadas en las escuelas de primaria y secundaria; pero fundamentalmente adquiere el compromiso de llevar acciones a muy diferentes niveles, que faciliten llevar a cabo una vida activa y social, característica del entorno mediterráneo.
La presente Declaración debe considerarse, en definitiva, como un compromiso firme de la sociedad en su conjunto, de procurar mantener y recuperar el legado de la Dieta Mediterránea, para una conseguir una mayor calidad de vida, una sociedad más feliz, y un envejecimiento saludable, en la generación presente, pero de manera muy especial, en las futuras.
En Alicante a 4 de Mayo de 2018, con motivo del Encuentro “Dieta Mediterránea, una visión multidisciplinar en el siglo XXI: Alicante, Punto de Encuentro”, en el contexto de “Alicante Gastronómica, Estilo de Vida Mediterráneo”.