Revista Casa Mediterráneo

Sonia Fernández: “Trina Mercader es una escritora digna de ser recordada”

on September 9, 2020

Hay ausencias ignominiosas en la historia de la literatura y el caso de la poeta Trina Mercader es una de ellas. Trinidad Sánchez Mercader nació en Alicante en 1919 y tras pasar unos años en Torrevieja, de donde era originaria su madre, se marchó a Larache (Marruecos) para visitar a su familia, donde al producirse el estallido de la Guerra Civil española optó por quedarse a vivir. En el Protectorado Español, donde consiguió un puesto de trabajo en la Junta Municipal, una mujer culta y con inquietudes como ella se relacionó con intelectuales de la zona y dio rienda suelta a sus sueños, fundando una revista bilingüe en árabe y español, Al-Motamid. Versos y prosa (1947-1956), con el fin de hermanar ambas tradiciones literarias.

Antes, en Tetuán, escribió su primer poemario, Pequeños poemas (1944), bajo el seudónimo de “Tímida” y años más tarde, publicaría su segundo libro de poemas, Tiempo a salvo (1956). Ese mismo año, con la independencia del territorio marroquí, Trina decidió trasladarse a Granada, donde entró a formar parte de los círculos literarios de la época y escribió su tercer poemario, Sonetos ascéticos (1971). Trina Mercader murió en 1984 y legó sus pertenencias personales a la “familia” granadina que la cuidó durante años.

Pese a la importancia de su figura, tanto por el fomento de la poesía y el acercamiento entre dos culturas a través de su revista, donde publicaron grandes nombres y otros menos conocidos, españoles y árabes, como por su propia obra poética en una singular época de la historia del Protectorado Español, Trina Mercader apenas ocupa un lugar en la narración literaria ni en el sustrato social, ni siquiera de la tierra que la vio nacer.

Con el fin de llenar este vacío, la profesora e investigadora de la Universidad de Reims Sonia Fernández Hoyos se adentró en la figura de la poeta en su investigación Una Estética de La Alteridad: La Obra de Trina Mercader (Beca de Investigación “Miguel Fernández” 2004, VARIA, octubre 2016). Y Casa Mediterráneo le ha dedicado un espacio en su programación virtual con la conferencia Trina Mercader, un puente entre dos culturas, el jueves 10 de septiembre, a las 19 horas, con la participación de Sonia Fernández Hoyos, el poeta y profesor de la Universidad de Granada Antonio Carvajal y el poeta y profesor en la Universidad Abdelmalek Essaadi de Tetuán, Abderrahman El Fathi. El encuentro estará moderado por la poetisa Rosa Cuadrado dentro del ciclo Poesía Mediterránea. Como preámbulo a la cita, mantuvimos una entrevista telefónica con Sonia Fernández Hoyos para conocer un poco más sobre la importancia de la figura de Trina Mercader.

Sonia Fernández Hoyos

Trina Mercader nació en Alicante y a los 11 años se fue a vivir a Torrevieja, de donde era originaria su madre. ¿Por qué es una figura apenas conocida en su tierra e incluso en la esfera nacional y permanece relegada en la sombra?

Lamentablemente, no se conoce nada o muy poco. Es una poeta casi secreta, a pesar de que tuvo una trayectoria particular y desarrolló buena parte de su actividad en lo que era la zona del Protectorado español.

¿Cómo surgió su interés por esta escritora, a la que dedica una investigación titulada Una Estética de La Alteridad: La Obra de Trina Mercader?

Portada de Al-Motamid, nº 12

Surge porque el nombre me llega a través de distintas personas a las que tengo mucho cariño, la familia de Miguel Fernández, un poeta melillense que ha recibido una serie de premios nacionales de poesía, bastante reconocido en este sentido, y también por parte del poeta granadino Antonio Carvajal, que también participa en esta actividad de Casa Mediterráneo. Me interesó mucho ya de entrada la historia de esta mujer, su suerte vital. Ella, efectivamente, es de Alicante, tenía una casa en Torrevieja y de adolescente o tardo-adolescente llega a la escena del Protectorado Español a visitar a su familia. Cuando se declara el golpe de Estado que da pie a la Guerra Civil no puede volver. Las circunstancias hicieron que tuviera que quedarse allí, porque la península estaba en guerra, y empezó a trabajar en las instituciones del Protectorado Español.

Y una vez allí, ella que era muy constante y le gustaba mucho leer y escribir, tuvo como proyecto hacer una revista, Al-Motamid. Verso y prosa, que fue la primera publicación bilingüe árabe-español. Se publica con muchas dificultades. Antes de sacar el primer número ella cuenta en la correspondencia con otros poetas, como Jacinto López Gorgé o los del grupo de Melilla, que tarda dos años en poder hacerlo. Es una revista que se publica entre 1947 y 1956 en la zona del Protectorado Español y el objetivo era hermanar y establecer un diálogo entre las dos tradiciones literarias, con poetas clásicos y coetáneos de su momento. Entonces, participan poetas árabes, se traducen textos clásicos y coetáneos, e incluso llegan a participar poetas muy conocidos españoles y otros menos populares. Llega a tener correspondencia y a publicar poemas de  Vicente Aleixandre y Juan Ramón Jiménez. ¡Imagínate en la época y en la zona del Protectorado! Primero en Larache y luego en Tetuán, era una empresa, a mi parecer, muy complicada y casi heroica.

Tengo entendido que Trina Mercader tenía una visión romántica de la poesía y de su capacidad para acercar culturas y alcanzar cierto impacto en la vida de las personas. ¿Era en parte lo que pretendía con esta revista?

Portada de Al-Motamid, nº 27

Bueno, tenía un proyecto que era el de la poesía oriental. En primer lugar, a mí lo que más me llamó la atención en todo caso  fue esa visión que tenía de hacer de la revista un espacio de diálogo entre las dos culturas o tradiciones literarias, contando con gente, desde muy conocida y canónica en ese momento, hasta textos tradicionales y árabes que, por lo menos en España, se conocían poco. En este sentido, considero que la poesía le sirve para creer que un diálogo entre las distintas culturas es posible y eso lo materializa a través del proyecto de su revista.

Y en cuanto a la poesía que ella misma escribe, publica dos poemarios, aunque también los hay inéditos que no pudieron salir a la luz. No se sabe si no le dieron la oportunidad o ella misma no estaba satisfecha con esos escritos, o un poco de todo. En esos dos poemarios publicados los temas fundamentales, decía el poeta Miguel Fernández, que se fundamentan en un triple eje: vida, muerte y divinidad, que aparecen en ambos. Era una gran lectora de poesía clásica y coetánea a su época y tenía como referentes a Federico García Lorca, en primer lugar, y luego estaba muy cerca también de los poetas místicos del Siglo de Oro español y de la tradición de ese periodo.

Sus libros de poemas son: Tiempo a salvo, del año 1956, y Sonetos ascéticos, de 1971, del que ya el título es una declaración de intenciones y tiene que ver con este triple planteamiento. Antes de eso publicó un primer libro que llamaba Pequeños poemas, en 1944, bajo un seudónimo, “Tímida”, que es, como indica el propio nombre, otra declaración de intenciones: Pide permiso para escribir con mucha humildad, centrándose en elementos pequeños… empieza a generar una voz, pero no es todavía lo que encontraremos en los poemarios posteriores. “Tímida” es además el anagrama de Itimad, que era la mujer de Al-Motamid -así se titula su revista-, a quien se conoce como El Rey poeta de Sevilla. Es un juego de palabras, una de las obsesiones de Trina Mercader.

La poesía de Trina Mercader es un discurso muy humilde, sin grandes reivindicaciones, pero no deja de ser un discurso feminista de la construcción de un sujeto poético femenino que escribe sobre una realidad con la perspectiva de la época.

En el propio título de su trabajo de investigación sobre Trina Mercader, Una estética de la alteridad, me gustaría saber el papel que desempeña la propia identidad de la autora y la de los otros en su obra. 

Bueno, tengo un planteamiento que tiene que ver con lo que en teoría se llama “Una crítica del orientalismo”, que trata cómo se construye la identidad del otro, en este caso en un discurso poético; cómo funciona la alteridad, yo frente al OTRO, cómo se van construyendo ambos mundos desde la perspectiva de Trina Mercader, que es una mujer que empieza a escribir en los años cuarenta y que se encuentra en una realidad, la de la zona del Protectorado Español, muy compleja, para la que ella a lo mejor no había estado preparada, y empieza a observar y a transformar esas observaciones en literatura. Yo lo que defiendo en mi investigación es que no deja de ser un discurso muy humilde, sin grandes reivindicaciones, pero no deja de ser un discurso feminista de la construcción de un sujeto poético femenino que escribe sobre una realidad con la perspectiva de la época. En ese sentido, lo que comentabas del romanticismo funciona, es una idea un poco idealizada de ese orientalismo.

Hablando de romanticismo, ella perdió a su único amor conocido, un chico llamado Antonio, quien al aceptar un puesto en una academia militar se vio alejado de ella. ¿Esta circunstancia dejó de alguna manera una impronta en su poesía?

Supongo que toda experiencia, de cualquier tipo, tiene un efecto en la escritura, lo que pasa es que no soy partidaria de decir que la suya era una poesía autobiográfica, porque no creo mucho en este planteamiento. Creo que hay una elaboración consciente de un personaje femenino; ésa es mi visión al menos. Me parece que ella lo que hace es utilizar una primera persona, el yo, de un sujeto poético femenino para hacer una poética. Por supuesto, toda elaboración de lo que nos pasa, supongo que a todo el mundo, de alguna manera acaba permeando, afectando. Parte de lo exterior, pero luego hay una elaboración de eso en su poesía.

Trina Mercader se trasladó a vivir a Granada tras la independencia del territorio marroquí, una ciudad con un profundo latido poético. ¿En Granada, se sintió motivada para seguir escribiendo poesía?

Mira, ella se trasladó a Granada en el año 1958. Era funcionaria en la zona [del Protectorado] y cuando le anuncian que se tiene que ir de allí, al pedir destino pregunta qué ciudad es la más parecida a Larache o Tetuán y le dicen que Granada, la población que tiene la impronta más parecida a este sitio donde pasó tantos años. La destinaron a Granada y llegó allí para ocuparse del archivo de la ciudad. Como curiosidad te diré que en el ayuntamiento, cuando ella era jefa de negociado conoce a un joven escritor que era Antonio Muñoz Molina, que trabajó en la institución, y entra en contacto con el mundo poético granadino, por ejemplo, con la poeta Elena Martín Vivaldi, que era además bibliotecaria en la universidad, y en el círculo de escritores en el que estaban la propia Martín Vivaldi, Antonio Carvajal, Rafael Guillen… es decir, una serie de poetas con los que mantiene mucho contacto, muy buen trato. Y sí, ella siguió escribiendo. De hecho, el segundo poemario que te comentaba, Sonetos ascéticos, se publica en 1971 en la colección El Bardo, y tenía más poemas escritos que no terminó publicando.

Hay un fondo documental y bibliográfico donado por su amigo Antonio Carvajal que consta de 25 cajas de conservación y objetos personales. ¿Qué hay en esa documentación? ¿dónde puede encontrarse? ¿Está disponible para su consulta?

Creo que sí. Yo tuve una ayuda de la Fundación Juan Gil-Albert precisamente para estudiar esos papeles, los inéditos de Trina Mercader, y la sede está en Valladolid, en la Fundación Guillén. Cuando yo fui todavía no los habían digitalizado, pero imagino que ya lo estarán porque de esto hace bastante tiempo. El objetivo, al donarlo, era precisamente que estuviera a disposición de los investigadores, porque también había mucha correspondencia, muy sugestiva, con los poetas de la Generación del 50 más importantes de la poesía española. Todo el material que hay allí es muy interesante. En todo caso, se puede solicitar, incluso si no está digitalizado, y consultarlo como yo lo hice en el año 2008. Trabajé sobre todo el proyecto de poesía oriental, que fue el tipo de poesía que ella empezó a escribir, al que así denominó, que se ambienta en esta zona del Protectorado y que a mí, al menos, me parece fascinante.

Publica a los representantes de la poesía más importantes, hombres y mujeres, del momento. Y sin embargo, ella, que mantiene esa correspondencia y es conocida, en las historias literarias de la época no aparece, como tampoco aparecen otras mujeres.

Volviendo a la pregunta del principio sobre el desconocimiento que se cierne sobre la figura de Trina Mercader. ¿Tiene alguna teoría de por qué su nombre no es muy conocido en la esfera literaria? ¿Puede deberse a la época, al hecho de ser mujer…?

Cuando hice mi investigación, tanto Una estética de la alteridad como el trabajo sobre la producción inédita de Trina Mercader, me di cuenta muy rápidamente de que ella, durante los años en los que publica su revista, que son bastantes -tiene 23 números-, mantiene una correspondencia impresionante con los representantes del mundo poético español, desde Carmen Conde como mujer más señalada a Vicente Aleixandre. Publica, digamos, a los representantes de la poesía más importantes, hombres y mujeres, del momento. Y sin embargo, ella, que mantiene esa correspondencia y es conocida, en las historias literarias de la época no aparece, como tampoco aparecen otras mujeres. Hasta hace poco no conocimos a las mujeres del 27 o sólo las conocíamos porque eran las parejas de los otros poetas que sí se incluían en las antologías y las historias.

Creo que hay dos cuestiones: Una, cómo se escribe la historia literaria y cómo se va repitiendo -muchas antologías son copias de otras antologías y si ella no aparece entonces ya no vuelve a aparecer-, durante mucho tiempo se ha escrito obviando a las mujeres en una época determinada, a pesar de que ellas, como te he dicho, mantuvieran contacto con todo el mundo y publicaran al igual que los hombres; y luego, ella sólo publicó dos libros con su nombre y otro con seudónimo, aunque tiene muchos escritos en revistas, algunas importantes y otras con pocos números. Mi objetivo era, precisamente, con mi trabajo reescribir esa historia y darla a conocer. Me gustaría publicar la parte de inéditos que tengo recogida, pero puede haber problemas con los herederos, por los derechos de autor. Por mucho que yo quiera, si no consigo localizar a los herederos, si no logro obtener su aprobación no puedo publicar, aunque merece mucho la pena. Trina Mercader es una escritora digna de ser recordada.

     Desde lejos,
me están avisando a gritos:
que no vaya, que no venga,
que no me mueva del sitio.

     Que es aquí
donde nacerán los lirios.

     Aquí,
conmigo.

     Y me miro.
Y este sembrado que soy
apenas está movido.
Apenas asoma el aire
la promesa de los trigos.

     Y quiero andar. Y de nuevo
las voces que el aire trae
me están gritando lo mismo:

     que no vaya, que no venga,
que no me mueva del mundo
que estoy sosteniendo en vilo.

Tomado de Poesía femenina española (1939-1950). Antología de Carmen Conde. (Libro Clásico Bruguera, Barcelona, 1967).

mariagialma@gmail.comSonia Fernández: “Trina Mercader es una escritora digna de ser recordada”