Con el sugerente nombre de Editorial Mankell, en referencia al célebre novelista de género negro y dramaturgo sueco Hening Mankell creador del inspector Wallander, nace una nueva editorial en Alicante cuyo lanzamiento tendrá lugar el viernes 25 de mayo en Casa Mediterráneo a las 21:30 horas. Tras la presentación, un excelente conjunto de jazz acompañado por la guitarra del afamado músico José Luis Martínez pondrá la nota musical al evento.
Inaugura este nuevo sello editorial la tercera novela del abogado Enrique Botella, ‘El silencio y el mar’, una obra que entremezcla ficción y realidad en el contexto de la Guerra Civil española y la posguerra, donde el amor y la memoria se erigen como protagonistas.
El sello se ha especializado en género histórico y negro, nace amadrinado por Alicia Giménez Bartlett. Y la fecha para su lanzamiento, el 25 de mayo encierra muchos significados: coincide con el día del bombardeo del Mercado Central 80 años atrás, es un día especialmente importante en la vida personal del autor y a lo largo de la novela ocurren hechos relevantes para los personajes. La Revista Casa Mediterráneo tuvo la ocasión de entrevistar a Enrique Botella, acompañado de la editora Marina Vicente, en plena vorágine de promoción de la obra y la editorial.
¿Qué significa para usted publicar su tercer libro y que éste suponga el lanzamiento de la nueva editorial alicantina Mankell?
Es un proyecto muy ilusionante. Cuando todavía se estaba gestando la editorial Mankell y me encontraba tratando de publicar esta novela desde hacía un tiempo, tras haber quedado finalista al Premio Azorín en 2016, al proponérmelo ni me lo pensé. Me pareció muy ilusionante que una novela que está ambientada en Alicante, en Villena y en Tabarca, precisamente la publicase una editorial nacida aquí. Y sobre todo, esa ilusión que destila esta editorial consigue que estemos flotando en una nube con la publicación de esta novela.
La editorial Mankell se ha especializado en los géneros de novela negra e histórica, ¿en cuál de ellos se enmarca ‘El silencio y el mar’?
Esta novela se encuadra más en el género histórico, historia contemporánea, de hecho es la que inaugura la colección de Novela Histórica de la editorial. De mis tres novelas, ésta es la única que no tiene nada que ver con mi profesión de abogado, con el género negro y con elementos judiciales. ‘El silencio y el mar’ cuenta tres historias de amor en tiempos de guerra y de paz. Es una novela que está relacionada con hechos históricos, aunque es una obra de ficción.
¿En qué contexto histórico se sitúa la novela?
La historia de ficción se desenvuelve entre hechos reales que suceden en Alicante, en Tabarca, en Villena y en otros lugares. La novela se extiende de 1929 hasta 1977 y está apuntalada con hechos reales, aunque los personajes sean ficticios. La trama de la novela se va desarrollando a través de una serie de acontecimientos históricos que están documentados.
¿Qué importancia tiene la fecha del 25 de mayo en la obra? ¿Por qué esa fecha?
El 25 de mayo es una fecha muy especial para mí y para Alicante. Yo nací un 25 de mayo, que era miércoles, y además a la misma hora en la que se produjo el bombardeo del Mercado, que fue otro 25 de mayo y miércoles, aunque muchos años antes de que yo naciera. Además, tiene la particularidad de que mi madre fue una superviviente del bombardeo y todos los años por mi cumpleaños me contaba esa historia; entonces ella trabajaba en la farmacia del Mercado y tenía 14 años.
Posteriormente, otro 25 de mayo mi madre volvió a sobrevivir, porque el parto mío fue muy complicado, en aquella época los nacimientos se producían en casa, y estuvo también a punto de morir. Ésa siempre ha sido una deuda con mi propia memoria y con las historias que mi propia madre me contaba, con el miedo aún en el cuerpo y casi a escondidas; por eso, la novela está dedicada a mi madre. Son historias silenciadas, que apenas se conocen, pese a ser uno de los bombardeos más cruentos de la Guerra Civil y que más víctimas provocó, más de 300, casi el doble que en Guernica.
La fecha del 25 de mayo tiene una gran importancia en la novela, no sólo por el bombardeo, sino por una serie de circunstancias que se suceden en la historia. Por todo ello, esta novela me rondaba tanto tiempo en la cabeza, hasta que logré darle forma.
Además, su presentación tiene lugar el 25 de mayo, coincidiendo con el 80 aniversario del Bombardeo del Mercado Central, día en el que hay previstos muchos actos de homenaje a las víctimas.
Se ha hecho coincidir la fecha del lanzamiento de la novela y de la editorial con la fecha del 25 de mayo, que además coincide con su 80 aniversario. Como se han programado diversos actos para este día, el nuestro lo hemos organizado a última hora (21:30 h.) para que a la gente le dé tiempo a ir a todos. Está muy bien que se reivindique la memoria de lo que pasó aquí durante la guerra y la posguerra, ya era hora.
Fíjate que en el Cementerio de Alicante hay unas lápidas que recuerdan a los muertos en una fosa común, en el sector 12. Pero la primera lápida se puso en 1995, antes no se sabía nada, sólo estaba la fosa común. En 2016 se colocaron más lápidas que recuerdan a las víctimas de la represión y de los bombardeos de toda la guerra -Alicante fue una de las ciudades más bombardeadas de la Guerra Civil, sufrió 71 bombardeos, entre 1936 y 1939 días antes del fin de la contienda, con más de 500 víctimas mortales, la mayoría entre 1938 y 1939, sobre todo en el bombardeo del Mercado.
Tengo la sensación de que hay cierta politización de la Memoria Histórica, lo que puede hacer daño al objetivo real de recuperarla, que es hacer justicia, independientemente de la ideología.
Efectivamente. Primero, respecto al bombardeo del Mercado Central, los muertos no tienen ideología. La mayoría eran mujeres y niños que iban a comprar. Los muertos lo único que tenían en común era que eran alicantinos. Hay una anécdota que cuenta Miguel Ángel Pérez Oca: había un cura que clandestinamente iba habitualmente a dar misa en una casa de una familia de derechas en la Rambla y parece ser que el bombardeo le pilló volviendo y murió. Los muertos no tienen ideología; los que bombardearon, sí, la aviación fascista italiana. Por eso, hemos dicho muchas veces que ‘El silencio y el mar’ no es una novela política, de hecho son dos historias de amor en tiempos de paz y de guerra, que nos sirve de vehículo para narrar una serie de hechos. Pero no tiene una significación estrictamente política y mucho menos militante. Evidentemente, los hechos históricos son los que son y en ese contexto se enmarca.
Para ubicar los pasajes de la novela, ¿conocía ya esos lugares o se ha desplazado expresamente a ellos para documentarse?
Los tres escenarios en los que se desarrolla la mayor parte de la novela para mí son muy comunes y muy queridos. Empezando por Tabarca, es una isla maravillosa que tenemos ahí enfrente y a la que hacemos poco caso. Tuve la suerte de que mi mujer, Elena, conocía muy bien Tabarca, y ella incluso desde pequeña, cuando aun ni había luz eléctrica ni agua, iba allí. Ella me transmitió ese amor por Tabarca y, sobre todo cuando vives sus noches, descubres que es uno de los lugares más maravillosos del mundo.
Un personaje de la novela le dice a otro que “Tabarca es el lugar donde todo es posible, donde cualquier leyenda puede ser verdad”. Y es cierto. De hecho, el título de la novela, ‘El silencio y el mar’ viene de un poema de José Albi, que se llama ‘Nocturno en Tabarca’ en el último verso que describe muy bien la isla, dice “El silencio y el mar, Tabarca entera”, porque en Tabarca se escucha el silencio, el silencio y el mar.