Cuando se cumplen 22 años de la aprobación de la Resolución 1325 del Consejo de Seguridad de la ONU, que sentó las bases para que las mujeres participaran en los procesos de paz, Casa Mediterráneo acoge del 5 al 6 de octubre las cuartas jornadas las Rutas de la Seda, organizadas por el Instituto Seda España, bajo el título “Mujeres Construyendo La Paz”. Las jornadas contarán con destacadas expertas en la materia que analizarán, entre otros asuntos, los avances y los retos desde la puesta en marcha de dicha resolución, la situación de las mujeres en Ucrania y en otros países en guerra como Siria y Yemen, la violencia sexual cometida contra ellas en los conflictos armados y la presencia de las féminas en las mesas de negociación.
La actividad, abierta al público hasta completar aforo, también se emitirá online en el canal de YouTube de Casa Mediterráneo. Con el propósito de conocer los objetivos y los contenidos de las jornadas, mantuvimos una entrevista con Enrique Gaspar Rodríguez, coordinador de las mismas y vicepresidente del Instituto Seda España.
¿Cuáles son los objetivos de estas jornadas, dedicadas en esta edición a la mujer en su papel de constructora de la paz?
Empezaría diciendo que la paz no es sólo la ausencia de guerra, sino que también implica el bienestar de los pueblos que componen el colectivo del planeta, la igualdad, la distribución equitativa de la riqueza, la conservación del Medio Ambiente… con la mujer como protagonista. En palabras de Federico Mayor Zaragoza, nuestro presidente de honor, la mujer con sus valores es absolutamente esencial para la transición de una cultura de violencia y guerra a una cultura de encuentro, conciliación, diálogo y paz que nos lleve a desarrollar las capacidades de la especie: pensar, imaginar, anticiparse, innovar y crear.
Con estas premisas, el papel de la mujer resulta esencial y definitivo en este año, precisamente, de la salvaje guerra de agresión a Ucrania, de la continuación de los conflictos en Siria y Yemen. En estas jornadas enfatizamos que se trata de escuchar a las víctimas, a las protagonistas de las actuaciones de ayuda, a mujeres con capacidad de decisión desde los distintos puestos de gobierno y de asociaciones, y a expertas en la relación de paz y mujer para aprender y poder aportar opciones, debatir alternativas dentro del diálogo y la imaginación con el fin de llegar a acciones concretas y reales que ayuden a alcanzar esa paz y asegurar la paz futura.
El programa de las jornadas cuenta con ponentes de prestigio. ¿Podría destacarnos algunos de sus nombres?
Contaremos con Manuela Mesa, catedrática y directora del Centro de Educación e Investigación para la Paz (CEIPAZ) de la Fundación Cultura de Paz, que lleva toda su vida dedicada a temas relacionados con la mujer y la paz. Estrella Galán, la directora general de CEAR, la Comisión Española de Ayuda al Refugiado, que nos puede contar cómo se vive desde aquí; porque una cosa es cómo se vive allí, en cada uno de esos países, y otra cómo se vive cuando llegan esas mujeres de países en conflicto.
También contaremos con Carmen Magallón, presidenta de honor de la Liga Internacional de Mujeres por la Paz y la Libertad, doctora en Físicas, quien preside diversos organismos y lleva tantos años como Manuela Mesa dedicada a estos temas y, entre otros, a uno de los que encabeza la mesa primera: la *Resolución 1325 de la ONU. Tiene escritos estudios y artículos sobre ese tema a lo largo de los 22 años de esta resolución, que la convierten en una conocedora experta que sabe qué es lo que falta, qué retos hay por completar, etc.
Otro de los temas que se van a abordar en las jornadas es la violencia sexual contra las mujeres y las niñas, que sigue siendo una constante en los conflictos armados. ¿Desde qué punto de vista se va a tratar este fenómeno?
Por ejemplo, Noelia Sempere, técnica provincial del programa de mujer de Cruz Roja Alicante, obviamente recibe a muchas de las migrantes procedentes de países en conflicto que han sufrido esa violencia, incluido niñas. Por su parte, Rebeca Granero, de Médicos sin Fronteras, enfermera y comadrona, acaba de volver de Yemen donde ha estado ejerciendo y conoce de primera mano también cómo sufren ese tipo de violencia en esos países en conflicto, que está ocurriendo también en Ucrania ahora mismo. No es algo que discrimine por razas, ni por continentes, sino que ocurre en todos los conflictos y no sólo en esas circunstancias, sino también en determinados países africanos, en los campamentos de Darfur, en Nigeria… Es la mujer la que tiene que hacer las labores de salir al campo a trabajar o a buscar agua porque el hombre está perseguido y en ese camino suele sufrir violaciones, sin necesidad de que haya una guerra.
Y luego, desde el punto de vista de la infancia, viene Luis Caplliure Moreno, del Comité de UNICEF de la Comunidad Valenciana, experto en protección infantil y violencia sexual contra las niñas tanto en conflictos como en otras circunstancias. Desde ese punto de vista se pretende que puedan exponerse posibilidades de mecanismos para abordar esa lacra e intentar erradicarla.
En conflictos armados donde está involucrado el Estado Islámico desde los medios occidentales se suele dar una visión sesgada de la mujer que la limita a su rol de víctima, pero las periodistas que han logrado acceder a espacios vetados para los hombres han conocido a mujeres combatientes que nada tienen que ver con las denominadas “novias del Daesh”. ¿Algo está cambiando en el papel de la mujer en los conflictos armados en el mundo árabe?
No sólo en el mundo árabe. De hecho, hay bastantes combatientes ahora en Ucrania que son mujeres que se han quedado allí aun pudiendo salir, porque no están obligadas a quedarse. De hecho, en la segunda mesa dedicada a Ucrania interviene una mujer que vive en Alicante que estaba en el Ejército ucraniano en la Guerra de Crimea anterior, un enfrentamiento en el que todo Occidente miró hacia otro lado y de esos barros vienen estos lodos. Si no se hizo nada en su momento hay quien piensa que tiene campo libre. Ella podrá exponer su punto de vista.
En los países árabes y en el Daesh hay determinadas mujeres que sí participan en algunos frentes como en Siria, no suelen ser mayoritarias, pero están muy bien organizadas. Tanto en Siria como en Yemen dentro de organizaciones hay mujeres que colaboran en todo de una manera muy independiente de los hombres y con bastante más fuerza. Independientemente del Daesh, estoy hablando de Yemen y de Siria, siendo musulmanas van en contra de esa organización. No es lo mismo que en Afganistán, donde tras la marcha de las tropas estadounidenses todas tienen que ir con burka y están controladas; no hay un conflicto armado, sino una dictadura militar absoluta y total, con lo cual no sólo es difícil para las mujeres organizarse, sino también para los hombres.
Salvo ese caso, en los países donde sí hay conflicto armado, como pasa en Libia, en Siria o en Yemen, hay mujeres participando en la guerra. Aunque el de Libia sea más tribal, de señores de la guerra, como consecuencia del Gobierno de Gadafi, los efectos han sido que las mujeres se han integrado en grupos armados, pero dependiendo directamente del señor de la guerra de turno, no por motivos religiosos, sino por controlar zonas de poder. En estos casos también se integra la mujer, aunque en menor proporción. Están cambiando las cosas poco a poco.
Curiosamente hay una frase de Nelson Mandela cuando se reunió con Federico Mayor Zaragoza, quien le comentó que estaba un poco decepcionado por la falta de apoyo que tenía para la cultura de paz. Mandela le contestó que esperase unos años porque la mujer sería decisiva en esa forma de enfocar la historia. La razón que daba es que la mujer sólo excepcionalmente utiliza la fuerza, mientras que el hombre sólo excepcionalmente no la utiliza. Esa es la gran diferencia. Es la reflexión de alguien que ha estado 27 años en la cárcel y sabe que esa diferencia existe y nosotros con la historia de la Cátedra UNESCO sobre Mujeres y Ruta de Paz vamos en consonancia con lo que pide la Resolución 1325 de formar a mediadoras de paz, porque sólo el 3% de los mediadores en el mundo son mujeres, cuando el 90% de quien sufre las mayores consecuencias de los conflictos, aunque no sean armados, son ellas. De modo que pretendemos crear la cátedra con ese fin y estamos en ello.
Aunque este tema no esté previsto en el programa, me gustaría preguntarle por el caso de la muerte de la joven iraní Mahsa Amini tras ser arrestada por la “policía de la moral” de su país por no llevar bien colocado el velo islámico, que ha desatado una gran oleada de protestas en todo el mundo, con decenas de muertos en Irán. ¿Los movimientos de defensa de la mujer están saliendo a las calles del mundo árabe con mayor contundencia?
Están creciendo y mucho. Y según en qué países mucho más. Aparte de países en guerra como Siria y Yemen, donde están bastante organizadas, porque no les queda más remedio además, también lo están en otros países como en el caso de Irán, donde he estado desde los tiempos del Sah en diversas ocasiones por mi trabajo en televisión. Vi cómo era el país, cómo cambió con Jomeini y los ayatolás el régimen de la teocracia, con alguna sorpresa porque en el Parlamento iraní resulta que hay cinco escaños para cristianos y cinco escaños para judíos –no hay mayores enemigos que Irán e Israel ahora mismo, y sin embargo se mantienen esos escaños para los judíos que van vestidos como si estuvieran en Jerusalén y se les respeta-. Y, sin embargo, la mujer está absoluta y totalmente marginada.
La última vez que estuve fue relativamente hace poco, además en un festival de cine al que me invitaron, donde asistió entre otros Oliver Stone. Me sorprendía, y lo dije cuando intervine, que el festival fuera contra Hollywood y el cine “perjudicial”, pero en la televisión pública estuvieran emitiendo ese día una película americana, hollywoodiense. Era un contrasentido que el Gobierno organizase esos encuentros contra el cine de Hollywood y en su televisión emitieran películas de allí. Su respuesta era que tenían cierta permisividad para determinadas cosas; obviamente menos para la mujer. Y sin embargo allí la mujer está muy bien organizada, aunque totalmente marginada y a escondidas. En muchas tiendas se vendían y venden unos tocados con un velo que cubre una parte del pelo. Lo utilizan muchísimas mujeres, sobre todo las más jóvenes.
Esta salvajada cometida por parte de las patrullas defensoras de la moralidad patriótica no tiene ningún sentido, es una aberración. La gente está muy harta, incluidos algunos miembros del régimen, ante el hecho de que por llevar torcido o mal puesto el velo acabe alguien muriendo. Otra cosa es que, como en todas las dictaduras, sean teocracias o no, hay un Estado de terror donde te detienen a la mínima, te torturan o te matan, por ser homosexual o cualquier otra cuestión. Está habiendo un movimiento mayor en esos países, incluido Irán, aunque parezca difícil. Es similar a lo que le está pasando ahora a Putin cuando la gente está empezando a ver realmente lo que ocurre y cómo sufre las consecuencias de algo que hasta ahora estaba bastante oculto. Y lógicamente si no es por dentro, difícilmente va a cambiar la historia. Lo mismo pasa en Irán. Si no es desde dentro y con movimientos importantes de las mujeres, no cambiará.
Por último, en las jornadas se concederán los Premios Anuales Silk Friendly. ¿Qué reconocen estos galardones?
Reconocen aquello en lo que haya destacado la mujer respecto a las Rutas de la Seda. Estos premios los otorga el Instituto Seda España, uno de cuyos objetivos principales es la recuperación de los territorios sederos de España y de las Rutas de la Seda a lo largo de toda la península. Obviamente, uno de los principales puntos es la Comunidad Valenciana, donde más tiempo estuvo y fue mayor la extensión de la producción de seda. Se reconoce todo lo que tenga relación con eso, pero también con el Medio Ambiente y cualquier parcela donde la mujer haya podido destacar.
El año pasado, por ejemplo, tuvimos a diversas empresas que hacen historias sobre la seda y las Rutas de la Seda, pero también sobre el turismo en general o sobre la paz y el papel de la mujer, empoderándola de alguna manera. Las premiadas de este año son: Mercedes Zaragozá, Selena Garavito, María Ángeles López “Pikiki” y Carmen Herrero Pardo. En el programa de las jornadas se especifican los méritos de cada una de ellas para ser merecedoras del premio.
Más información:
En la página web del Instituto Seda España silkspaininstitute.com
* La Resolución 1325, aprobada en 31 de octubre de 2000, aboga por la adopción de una perspectiva de género que incluye las necesidades especiales de las mujeres y las niñas durante la repatriación y reasentamiento, la rehabilitación, la reintegración y la reconstrucción posconflicto.