Revista Casa Mediterráneo

Javier Álvarez Casanova: “Hoy en día Serbia es un país estable con una economía bastante bien gestionada”

en abril 16, 2021

La nueva sesión del ciclo ‘Economía y el Mediterráneo’ se centrará en las relaciones económicas y comerciales entre España y Serbia de la mano de Javier Álvarez Casanova, responsable de la región de los Balcanes Occidentales en la Secretaría de Estado de Comercio y ex consejero económico y comercial de la Embajada de España en Serbia; y de José Ignacio Soriano Artacho, director general de Eptisa Servicios de Ingeniería, que explicará su experiencia empresarial en el país. El encuentro, moderado por Beatriz Beeckmans, tendrá lugar el viernes 16 de abril a las 19 h. y podrá seguirse a través de la web de Casa Mediterráneo, así como por sus redes sociales.

De forma previa al evento, mantuvimos una entrevista con Javier Álvarez Casanova para conocer el estado actual de las relaciones económicas entre ambos países. Licenciado y Master en Economía por la Universidad de Salamanca, técnico comercial y economista del Estado con amplia trayectoria en comercio exterior y condecorado con la Cruz de Oficial de la Orden del Mérito Civil en 2020, Álvarez Casanova conoce muy de cerca la realidad de un país que ha dejado atrás la guerra, avanza decididamente hacia el progreso y está más cerca de su adhesión a la UE, pero que aún tiene ante sí retos como la resolución del conflicto de Kosovo, una baja natalidad o una elevada tasa de emigración.

¿Cómo definiría las actuales relaciones bilaterales entre España y Serbia?

Javier Álvarez Casanova

Las relaciones entre España y Serbia son realmente buenas a todos los niveles. Particularmente, España siempre ha sido favorable a la ampliación de la Unión Europea a los Balcanes occidentales y en concreto a Serbia que, junto a Montenegro, es de los más avanzados en estas negociaciones. Y esto Serbia lo conoce y lo reconoce. En el ámbito económico todavía hay campo de mejora. Se han producido avances notables en los últimos años, pero creemos que existe bastante margen para reforzar la relación en esta área.

¿En las buenas relaciones existentes entre España y Serbia, qué papel ha desempeñado el hecho de que nuestro país no reconociera la declaración unilateral de independencia de Kosovo producida en 2008?

Obviamente, sin duda constituye un factor positivo que influye favorablemente en esta relación política.

¿Cuáles son los principales acuerdos que regulan las relaciones económicas y comerciales entre España y Serbia?

Como España es miembro de la Unión Europea y la política comercial es una competencia cedida a la UE, necesariamente hay que hablar del marco que existe entre Bruselas y Serbia cuando hablamos de relaciones económicas. Y ese marco es el Acuerdo de Estabilización y Asociación entre la Unión Europea y Serbia que preveía una zona de libre comercio, que entró en vigor en 2010 de forma interina. El resto del acuerdo se implementó en 2013 ampliando ese libre comercio a inversiones, a colaboración en políticas y a permitir una gradual aproximación de la legislación de Serbia para ir preparando su entrada en la Unión Europea. Y a nivel estrictamente bilateral entre España y Serbia existe un Acuerdo de Protección y Promoción Recíproca de Inversiones, un APRI, de 2002, cuando todavía era Yugoslavia, heredero de aquella época, y un acuerdo para evitar la doble imposición, que entró en vigor en 2011.

¿Las inversiones españolas en Serbia son significativas?

No tanto como las inversiones de los principales países europeos, no sólo de sus vecinos geográficos, sino también de otros como Alemania, Italia o Austria, que están a otro nivel. Por lo tanto, nuestras inversiones en este sentido no son significativas. Sí que se ha notado un crecimiento progresivo del interés por parte de las empresas españolas por establecerse en Serbia en los últimos años, pero los flujos que constan en el registro oficial de inversiones han sido muy reducidos. La cifra del stock, que es la inversión acumulada, hasta 2018 -la última de la que disponemos-, alcanza los 73 millones de euros en España. No se encuentra en el nivel de otros grandes países, pero se aprecia un crecimiento.

¿La inversión española en Serbia se está incentivando desde la Secretaría de Estado de Comercio de España?

Desde la Secretaría de Estado de Comercio, tanto desde otros servicios centrales y los del ICEX, como desde la Oficina Económica y Comercial de la Embajada de España en Serbia lo que hacemos es, en primer lugar, informar de las oportunidades de negocio, ya sean para comercio o para inversión, que las hay en Serbia. Y una vez hecho esto, acompañar y apoyar a las empresas que decidan invertir. También se apoya a las que ya están allí establecidas, ayudándolas a resolver problemas que les surjan o promocionando sus productos. Y aparte de informar, este apoyo toma la forma de financiación que podemos aportar, por ejemplo, del fondo FIEM (Fondo para la Internacionalización de la Empresa), de COFIDES, través de gestiones con las autoridades o la organización de eventos, entre otras iniciativas.

En 2020 la exportación española a Serbia llegó a 309 millones de euros, lo que supone un 10% más que el año anterior. Un dato especialmente positivo y llamativo en un año de pandemia.

¿Cuál es el volumen de las exportaciones españolas en Serbia y cuáles son los principales productos que nos compra el país balcánico?

En 2020 la exportación española a Serbia llegó a 309 millones de euros, lo que supone un 10% más que el año anterior. Un dato especialmente positivo y llamativo en un año de pandemia, en el que el comercio se ha reducido en la mayoría de los países. Los principales productos que exporta España, no sólo en 2020, sino en años anteriores, puesto que se mantienen en los primeros puestos, son los vehículos y sus componentes, los productos cárnicos, maquinaria, aparatos o material eléctrico y las prendas de vestir.

En el lado contrario, ¿qué productos importa España a Serbia y a cuánto ascienden estas importaciones?

Las importaciones de Serbia también vienen aumentando cada año. En 2020 crecieron hasta los 263 millones, lo que supone un incremento importante del 25%. En este caso se concentran en menos productos y materias primas o artículos menos elaborados, como son en primer lugar los productos de caucho, sobre todo neumáticos, cereales, minerales, mobiliario, aparatos y material eléctrico.

¿Cuál es la actual situación que atraviesa Serbia, tras el trauma sufrido por las guerras de los Balcanes en los años 90 y la inestabilidad política que ha vivido el país en su camino hacia la reconstrucción?

Hoy en día Serbia es un país estable. Habiendo vivido allí o incluso tan sólo visitándolo se puede constatar. Tiene una economía bastante bien gestionada, un hecho destacado por las instituciones financieras internacionales en los últimos años, y además es una de las que menos se ha visto afectada por la pandemia, en parte gracias a esa mencionada gestión, a una situación previa de crecimiento, a los paquetes de estímulo aprobados por sus autoridades y a una menor dependencia del turismo.

Serbia mantiene relaciones con muchos países del mundo, como se sabe, pero en particular también con la Unión Europea, que es su principal socio económico, además en el que aspira a entrar en unos años. Esto supone que la UE tiene que supervisar todos esos avances de Serbia en su proceso de adhesión, en todos los ámbitos. Lógicamente, no obstante, Serbia todavía necesita desarrollar infraestructuras y adaptar algunas políticas a las comunitarias para cumplir los compromisos de entrada en la Unión Europea.

¿En qué punto se encuentran las negociaciones para la adhesión de Serbia a la UE desde la firma del Acuerdo de Estabilización y Asociación (AEA) a finales de 2008?

Hay que tener en cuenta que las negociaciones de cualquier país, no sólo de Serbia, para entrar en la Unión Europea se basan en constatar avances como economía de mercado, una democracia estable, en su estado de derecho y en la adopción del acervo legislativo comunitario. Normalmente se han establecido 35 capítulos para estructurar estos avances y Serbia, antes de un reciente cambio en la metodología que se ha producido, tenía abiertos 18 y de ellos, cerrados dos. “Abiertos” simplemente quiere decir que se han iniciado las conversaciones y hasta que no están cerrados, esos capítulos no están aprobados. Ahora, con la nueva metodología, lo que se hace, entre otras cosas, es agrupar estos capítulos y dar más importancia a los criterios políticos. Por lo tanto, todavía le queda camino a Serbia y uno de los requisitos particulares es encontrar una solución al conflicto de Kosovo. La Unión Europea está auspiciando las negociaciones y van avanzando, pero con lentitud, con lo cual aún le quedan unos años.

Uno de los problemas que afecta a Serbia en estos momentos es su baja tasa de natalidad y sus altos índices de emigración. ¿Cómo están afectando estos fenómenos a la economía del país?

No ocurre sólo en Serbia, sino en todos los Balcanes Occidentales, aunque también en Bulgaria, en Rumanía, en países de esa zona que ya están integrados en la Unión Europea. Sin estar todavía en la UE, los ciudadanos de Serbia gozan de bastante libertad de movimientos con la Unión Europea, gracias a este Acuerdo de Estabilización y Asociación, y lógicamente cuando existen oportunidades, teniendo una mano de obra y un personal cualificado que habla muy bien inglés e incluso alemán si es necesario, se produce la emigración. Esto puede provocar cierta escasez de mano de obra cualificada en algunos momentos y sectores. La tasa de natalidad, por su parte, es bastante reducida y constituye un problema al que tiene que enfrentarse Serbia, con efecto más a largo plazo. Su gobierno es consciente, la UE también trata de ayudarles en este sentido y ellos, con la mejora económica que se viene produciendo en los últimos años, a lo que aspiran es a poder retener más gente joven e incentivar los nacimientos.

La mayoría de la gente lo que quiere es pasar página, que su país progrese y que su situación personal mejore.

¿Después de más de dos décadas, las heridas de la guerra se han curado ya en el país o todavía persisten recelos entre los diferentes grupos étnicos?

Han pasado más de veinte años, pero mucha gente la vivió y es lógico que todavía persista el recuerdo, sobre todo en las personas que se vieron afectadas más directamente. Pero mi sensación es que la mayoría de la gente lo que quiere es pasar página, que su país progrese y que su situación personal mejore. Salvo que uno saque el tema, no es un asunto presente, pero no sólo en Serbia, sino también en los otros países vecinos que se vieron involucrados en las guerras.

Como buen conocedor del país como antiguo consejero económico y comercial de la Embajada de España en Serbia, ¿la población serbia muestra interés hacia la cultura española?

Sí y mucho. Es algo que se puede constatar no sólo viviendo allí, sino también yendo unos días. A los serbios les gusta mucho nuestro país desde diversos puntos de vista, como lugar para hacer turismo, nuestra lengua, nuestro cine, nuestro deporte… Existe una especial simpatía hacia los españoles, en parte por el carácter serbio, bastante más mediterráneo de lo que uno pudiera pensar y, por tanto, similar al nuestro y al de otros países ribereños.

mariagialma@gmail.comJavier Álvarez Casanova: “Hoy en día Serbia es un país estable con una economía bastante bien gestionada”