Revista Casa Mediterráneo

Luis López Belda: “Gracias al streaming, tanto películas mediterráneas actuales como clásicos muy difíciles de ver están empezando a ser visibles”

en agosto 19, 2020

El cine que se hace en el Mediterráneo no suele prodigarse mucho en las carteleras españolas, más allá de películas francesas y algunas italianas, aunque en la región mediterránea abunden trabajos de calidad que ofrecen una mirada certera de la vida que acontece en sus calles. La programación a distancia de Casa Mediterráneo ha querido detenerse en la filmografía de estas latitudes mediante la charla virtual Novedades del cine mediterráneo que se celebró el pasado 31 de julio a cargo del crítico cinematográfico Luis López Belda, quien hizo un repaso tanto a las películas mediterráneas estrenadas en salas como a la creciente oferta existente en las diferentes plataformas de streaming.

Luis López Belda es licenciado en Filología Hispánica y Catalana, experto universitario en Cinematografía y Master en Comunicación e Industrias Creativas y en Formación de Profesorado de Educación Secundaria Obligatoria. Es uno de los miembros de los podcasts de cine Cautivos del film y Críticas al salir, que se pueden escuchar en su web luislobelda.com. También gestiona la meet up de cine Amantes del cine Alicante, que cuenta con más de 1.000 miembros, en la que promociona los eventos divulgativos sobre el audiovisual en diferentes espacios culturales de la ciudad. Además, es miembro del Círculo de Escritores Cinematográficos de España y profesor de Estética e Historia del Cine en diversos programas educativos, docente de lengua y cultura española para estudiantes estadounidenses.

¿El cine mediterráneo llega a las carteleras españolas?

Al cine mediterráneo le cuesta entrar en las carteleras de España y de otros países. Y sólo filmografías como, especialmente, la francesa, un poco la italiana y la española tienen más fuerza. Pero al cine de los antiguos Balcanes, del norte de África y de otras latitudes le cuesta bastante. Sí que es cierto que las plataformas están ayudado a que eso cambie.

Precisamente iba a preguntarle si las plataformas de streaming constituyen un escaparate para el cine mediterráneo que no llega a la gran pantalla.

Sí, gracias al streaming, tanto películas actuales como clásicos muy difíciles de ver están empezando a ser visibles. Por ejemplo, Filmin tiene una amplia selección de cine de países del Mediterráneo; lo ha hecho también con el cine asiático, incluso ha establecido un acuerdo con Casa Asia para difundirlo, o sea que se está moviendo bastante en el cine minoritario, donde entra el Mediterráneo. También Netflix está potenciando mucho el cine de todo el mundo; está comprando películas interesantes de cualquier país que te puedas imaginar, entre ellos los mediterráneos, para incluirlas en sus plataformas internacionales. Y, por supuesto, tanto Movistar como FlixOlé disponen de un buen catálogo de cine de los países mediterráneos, especialmente clásico pero también alguna obra reciente.

Luis López Belda en una charla de cine en Alicante.

¿De la filmografía actual del Mediterráneo, el cine de qué países destacaría?

Aparte, lógicamente, de Francia y una cierta resurrección del cine italiano después de años de desierto -actualmente tiene autores que destacan como Guadagnino o Sorrentino-, está habiendo filmografías bastante pujantes, por ejemplo la griega, que están funcionando muy bien. Ocurre un poco como pasaba con el cine italiano de los 60, que no es que sea una industria muy potente, pero tiene dos o tres nombres que están despuntando bastante, como Yorgos Lanthimos, que ha llegado al cine internacional, el director de La favorita, que cuenta con una trayectoria anterior en Grecia. Athina Rachel Tsangari es otra directora griega con una buena carrera a sus espaldas.

Fotograma de ‘La favorita’

También está triunfando el cine de los Balcanes, especialmente el croata, que está teniendo bastante trayectoria internacional, y el cine turco que, por un lado, está obteniendo mucho éxito en todo el mundo con sus telenovelas y, por otro lado, está haciendo una cosa muy curiosa, remakes para la cultura turca de éxitos de cine oriental. Un fenómeno similar a lo que aquí en España se hizo con la película de Álex de la Iglesia Perfectos desconocidos, que es una adaptación de una cinta italiana, o con Kiki, de Paco León, que es una versión de un film de Nueva Zelanda. El cine turco está haciendo mucho eso: éxitos del cine oriental, sobre todo coreano, los está adaptando a la cultura turca. Se pueden ver en plataformas como Filmin y está funcionando, siempre dentro de parámetros minoritarios, evidentemente, pero están teniendo una proyección internacional que antes era imposible en las salas.

Siempre ha habido un director turco o balcánico, como Kusturica, a título individual como aquí Almodóvar o Amenábar, pero ahora están empezando a verse películas que ya no se ven por el hecho de que las dirija una determinada persona; la gente no sabe quién es el director y las disfruta por la temática, el contenido, porque son lúdicas o divertidas.

¿Podría decirse que el cine mediterráneo contemporáneo aborda los problemas actuales de la sociedad?

Creo que en general, sí. Mucho cine mediterráneo está tratando el tema de la inmigración desde África. Por ejemplo, otra filmografía que no habíamos nombrado y que últimamente está empezando a hacer cosas interesantes es Argelia. Está realizando muchas películas sobre las consecuencias que ha tenido en el país la guerra civil de los años 90. Creo que están representando bastante las problemáticas sociales y los problemas de los ciudadanos mediterráneos.

Quizás el cine francés, al ser el más amplio, el que tiene más producción, intercala el cine comprometido, de denuncia o de reflejo de la realidad con un cine más de consumo, la comedia francesa, que aunque sea ligera siempre habla de asuntos como la precariedad laboral, los cambios en las relaciones familiares o sentimentales. No es evasión por evasión, como puede ser algún blockbuster americano, sino que siempre hay un poso de relación con lo que está viviéndose en la sociedad.

Anteriormente, usted estaba más familiarizado con el cine estadounidense que con el europeo, sin embargo como coordinador del Cineclub Mediterráneo se ha tenido que imbuir en las filmografías de esta parte del mundo. ¿Qué le han parecido?

En ocasiones, hay cosas que haces un poco por obligación y las acabas disfrutando porque te hacen descubrir algo que por ti mismo quizás no habrías hecho, ya que uno suele decantarse por lo que más le gusta o le parece más atractivo.

Cítenos alguna “joya” del cine mediterráneo.

Ha habido varias películas que me han gustado muchísimo. Por ejemplo, hablando de cine griego, Chevalier, que es una película que habla de la competitividad masculina. También me gustó una película de corte histórico que se llama Novias en la traducción al castellano, que trata la historia de la inmigración griega a Estados Unidos. De avanzadilla, primero fueron los hombres y luego se dieron cuenta de que como dedicaban muchas horas al trabajo y por el choque cultural les resultaba imposible entablar relaciones sentimentales con mujeres, entonces organizaron viajes con mujeres griegas para casarse allí, un drama bastante terrible, porque casi está muy cercano a la venta de mujeres e incluso a la prostitución. Es una película que me impactó bastante.

Fotograma de ‘Novias’

Luego hay otra película, marroquí, Los caballos de Dios, que habla del origen del islamismo radical, que también me causó una fuerte impresión. Por citarte algunos ejemplos. You carry me, la película de la directora croata Ivona Yuca Rimi que fue seleccionada por Croacia para representarla en los Oscar de ese año, también es muy atractiva. Se descubren muchas cosas interesantes y, de hecho, el público que acudía antes de la pandemia al Cineclub Mediterráneo salía bastante contento con el hecho de descubrir cine diferente. Son películas que si no fuera por esta difusión que hacen Casa Mediterráneo y otras instituciones no sería posible verlas.

¿Al tratarse de películas que abordan temas sociales, el público suele ser participativo en los debates posteriores a las proyecciones?

Sí, aunque hiciera una tarde desapacible, sobre todo cuando este último año realizamos el cineclub en una sala de la Sede Universitaria, venía bastante gente, alrededor de 50 personas, que salían muy agradecidas por haber descubierto películas que no habrían podido ver de otra manera. Se generaba mucho debate porque las cintas de ese tipo nos llevan a hablar de cine, pero también de la sociedad y de nosotros mismos.

mariagialma@gmail.comLuis López Belda: “Gracias al streaming, tanto películas mediterráneas actuales como clásicos muy difíciles de ver están empezando a ser visibles”