La trama del film es sencilla pero emotiva y eficaz. El protagonista, obligado a cerrar su cine debido a problemas financieros, recuerda los eventos, los personajes y las películas que marcaron su vida. Al igual que ‘Cinema Paradiso’ de 1988 y dirigida por Giussepe Tornatore, ‘Splendor’ (1989) de Ettore Scola se vale de la historia del cine para emocionarnos como cinéfilos. De hecho, la cinta trata del amor por el cine y de cómo la vida real puede verse influenciada por esos deslumbrantes destellos de luz y sombra. Cada encuadre de ‘Splendor’ está impregnado del romanticismo implícito en el acto de sentarse en la oscuridad a mirar una pantalla. Scola sabe que los aficionados al cine podemos sobrellevar los días malos aferrándonos a ese ritual.
Luis López Belda
Hay una escena encantadora al respecto. En ella asistimos a una proyección en la sala Splendor, que es la que da título al film. Es una de tantas. Pero la cámara de Scola no se centra en la pantalla, sino en quienes la miran. A la izquierda, vemos el coqueteo juguetón de una pareja de jóvenes. Al otro lado de la sala, la reacción de los espectadores ante las imágenes en la sala oscura es muy diferente. Esta escena nos recuerda cómo los fragmentos de nuestra propia vida y las circunstancias que la rodean pueden hacernos percibir una película de manera muy diferente que la persona que se sienta a nuestro lado. Eso es parte de la alquimia de la experiencia comunitaria. La película es la misma para todos, pero cada uno la completa procesándola a través de su propio yo. Lo mismo ocurre cuando revisamos un film idolatrado años después del primer visionado, experiencia arriesgada y, muchas veces, decepcionante.
El “presente” de la película tiene lugar en el momento en el que se rodó, finales de los 80, pero la mayor parte de la historia se remonta a los aproximadamente 60 años que encapsulan la vida del personaje principal, Jordan (Marcello Mastroianni), y su relación con el cine. La película salta libremente del blanco y negro al color, y las últimas secuencias tienen lugar en el presente. Los recuerdos, algunos fantasmagóricos y otros de corte más cínico, están fotografiados en blanco y negro. La primera escena de ‘Splendor’ se produce en una plaza de pueblo donde un joven Jordan y su padre instalan un proyector y, usando una sábana como pantalla, exhiben ‘Metrópolis’ de Fritz Lang a un enorme grupo de espectadores.
La próxima vez que nos encontramos con Jordan, su padre ya ha levantado un gran teatro cubierto, el Cinema Splendor, con sistemas de sonido y proyección de última generación y un techo retráctil. Jordan regresa a casa tras la Segunda Guerra Mundial y va al cine para disfrutar de ‘Qué bello es vivir’ y llora sin vergüenza en la escena en la que James Stewart descubre lo amado que es. Poco después, Jordan se hace cargo del Splendor, convirtiéndolo en un negocio muy popular y rentable en los años cincuenta y sesenta, que entra en declive gradual durante los setenta y una peligrosa bancarrota en los ochenta.
Hay tres personajes principales: Jordan, Chantal (Marina Vlady), una bailarina francesa de la que Jordan se enamora y que empieza a trabajar para él y Luigi (Massimo Troisi) que tiene una aventura con Chantal y acaba uniéndose a ella y Jordan en la gestión del Splendor.
El cuarto personaje es la misma sala de cine. Según los estándares de hoy, el Splendor es pintoresco y anticuado, pero, a diferencia de los multicines impersonales que empezaron a abrirse en los 70 y 80, esta sala de cine tiene carácter. Durante la trama podemos asistir a la proyección de películas como ‘Fresas salvajes’, ‘La batalla de Argel’, ‘Z’, ‘La noche americana’ y ‘Amarcord’. Por supuesto, se hace referencia a muchas otras películas en varios contextos, incluyendo un divertido momento metacinematógrafico cuando se habla de ‘La Dolce Vita’, la famosa colaboración entre el director Federico Fellini y el actor Marcello Mastroianni, protagonista, a su vez, del film que nos ocupa.
Aunque el director Scola nunca alcanzó el tipo de fama internacional de la que disfrutaron algunos de sus compatriotas más célebres, disfrutó de una carrera larga y productiva y obtuvo el reconocimiento de premios en innumerables festivales de cine, incluido Cannes, donde ‘Splendor’ fue nominada a la Palma de Oro. Su película más elogiada fue ‘Una jornada particular’ de 1977, que le valió a Mastroianni una de sus tres nominaciones al Oscar.
Los dos actores principales muestran un fuerte vínculo en la pantalla. Mastroianni, por supuesto, es mucho más conocido, gracias, en parte, a las citadas colaboraciones con Fellini. Troisi tuvo su mayor éxito cinco años después de ‘Splendor’, cuando co-dirigió y protagonizó la emotiva ‘El cartero y Pablo Neruda’, muriendo poco después después de completar la filmación.
La protagonista de ‘Splendor’, objeto de los afectos de Jordan y Luigi, es interpretada por Marina Vlady, símbolo sexual de los años 60, quien demostró a lo largo de los años que es una actriz mucho más capacitada que otras sex-symbols coetáneas a ella.
El tono de ‘Splendor’ es alternativamente juguetón (una cualidad enfatizada por la partitura del músico de Armando Troajoli) y nostálgico, pero nunca amargo o sombrío. Puede ser definido como “mágico” y, quizás, lo más notable de la película es la efectividad con la que ilustra el paso del tiempo.
Las cosas que son tan vitales y aparentemente inmutables en su mejor momento pasan gradualmente a la oscuridad a medida que el futuro se levanta para barrerlas como motas de polvo. Ahora, 40 años después de que los multicines estrangularan el último aliento de las salas únicas, de los palacios del cine como el Splendor, esos mismas cadenas de cines en centros comerciales estaban intentando reinventarse. La nueva amenaza eran las plataformas de streaming como Netflix cuando, de repente, ha surgido algo mucho más grave y colectivo: la pandemia por la COVID-19.
¿Volveremos los cinéfilos a estar tranquilos y obnubilados ante la pantalla en una sala de cine mientras otro desconocido amante de las películas tose o estornuda a unas pocas butacas de distancia? Ojalá que sí. La magia de la sala oscura es ahora más necesaria que nunca.
Ficha artística:País: Italia-Francia. Título original: Splendor. Año: 1989. 110 minutos. Dirección y guión: Ettore Scola. Música: Armando Trovajoli. Fotografía: Luciano Tovoli. Reparto: Marcello Mastroianni, Marina Vlady, Paolo Panelli, Massimo Troisi, Pamela Villoresi, Giacomo Piperno. Género: Comedia dramática.
Principales menciones:1989: Festival de Cannes: Nominada a la Palma de Oro (mejor película).
1988: Premios David di Donatello: 6 nom., incluyendo Mejor actriz (Marina Vlady).
Plataforma de streaming donde puede verse el film:-Movistar.